Caracas : Una sultana que oculta 450 años de secretos bajo sus faldas

25 julio, 2017

Cada esquina de la ciudad de los techos rojos cuenta una historia

Texto:Renny Marrero/Foto:/Prensa IABNSB

Reza un refrán popular que »ella es ella y lo demás es monte y culebra», sobre poblada, convulsionada por el tráfico, reconocida por su actividad comercial formal e informal, epicentro del accionar político del país y con una vida cultural que se mueve diurna y nocturnamente entre ferias literarias, festivales de teatro y sitios donde echar un pie; su nombre completo, Santiago de León de Caracas alude a la mezcla de un vocablo aborigen con el que nuestros ancestros designaban a cierta hierba comestible de múltiples propiedades, hoy conocida como pira o »yerba caraca», un honor al gobernador de la Provincia de Venezuela para aquella época Pedro Ponce de León y la evocación del apóstol Santiago por parte del invasor español Diego de Losada quien la fundara oficialmente el 25 de julio de 1567.

También conocida como »La sultana del Ávila» debido a la silueta de mujer acostada que visto desde ciertos ángulos tiene el imponente cerro que la bordea Caracas nuestra ciudad capital, esa cuyas calles recorremos día a día sus habitantes, arriba a 450 años de su fundación y desde el Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y de Servicios de Bibliotecas IABNSB invitamos a celebrarla conociéndola un poco más a través de las páginas de su historia.

Cada esquina una historia

Uno de los aspectos característicos de nuestra urbe capitalina son los pintorescos nombres de sus esquinas pues cada una encierra una anécdota, buen testimonio de ello lo representa el libro La ciudad de los techos rojos : una selección( Monte Ávila editores 2004) de Enrique Bernardo Núñez, quien bautizó con el colorido sobrenombre a nuestra urbe en memoria de la techumbre de tejas rojas que la identificó durante la época colonial, este testimonial puede encontrarse en la Biblioteca publica Simón Rodríguez con la cota 987.7 N973 aunque los dieciocho capítulos que lo componen esta nos regalan una visión panorámica de la ciudad es el primer capitulo titulado »Las esquinas y sus nombres» uno de los más interesantes pues da a conocer el origen de los curiosos nombres con que los propios habitantes, muchas veces en desacuerdo con las autoridades civiles y militares fueron bautizando sus esquinas, a continuación algunas de ellas :

Esquina del Conde: Su nombre se debe a que en las cercanías vivían dos mantuanos con título nobiliario, ellos fueron Don Fernando Ignacio de Ascanio (Conde de La Granja) y Don Antonio Pacheco (Conde San Javier). Actualmente la Biblioteca Publica Central Simón Rodríguez se encuentra ubicada en esta esquina.

Esquina El Peligro: Se cuenta que para mediados del siglo XIX esta esquina daba a un terreno abierto habitado apenas por unas pocas casuchas y que durante las noches se paseaban por el lugar delincuentes que robaban a los transeúntes, de allí que pasar por el lugar representara un peligro…

Esquina Pele el Ojo: Resulta que un ingenioso bodeguero instaló su negocio en el lugar y lo llamó Pele el ojo pues quedaba cercana a la esquina bautizada como El peligro, dando paso a un ingenioso juego de palabras pues cuando sus clientes preguntaban el precio de sus mercancías este respondía »No pele el ojo al precio, pele el ojo al peligro» refiriéndose a la esquina vecina, ambas están ubicadas en la parroquia La candelaria.

Esquina de Sociedad: En este lugar se ubicaba la casona en la que se reuniera la Sociedad Patriótica para conspirar a favor de nuestra independencia en 1811 de allí su nombre como recordatorio de aquellas históricas jornadas.

Esquina El Chorro: Rememora la venta de guarapo de piña y papelón que en dicha esquina tuvo Agustín Pérez. El novedoso sistema de despacho consistía en un mecanismo que se accionaba al echar una moneda en una ranura, a continuación el comprador se hacía con uno de los vasos despachado por una ventanilla, desde adentro se escuchaba »Sale un chorrito» o »sale un chorro» dependiendo del pedido del cliente que era servido directamente de una llave o tubo sin necesidad de abrir la puerta.

Esquina de Angelitos: Según los cronistas el presidente Páez mantenía amoríos secretos con una dama del lugar y para ello disponía de guardias que custodiaban los alrededores durante las citas clandestinas, a esos guardias los vecinos los llamaban maliciosamente »Los angelitos» pues hacían las veces de cupidos o alcahuetas de los infieles enamorados.

Así son las cosas en Caracas…

Otros aspectos interesantes los encontramos en el legado bibliográfico del periodista e investigador Oscar Yanes, quien dedicó buena parte de su carrera a destacar las memorias de nuestra ciudad, a través de las páginas de Cosas de Caracas (Editorial Planeta) Cota: 987.7 Y22 podremos pasearnos entre otros relatos por el origen de las deliciosas y famosas »Reina pepiada» »Pelúa»y » La Dominó» tres de las más emblemáticas arepas creadas por los hermanos Álvarez pioneros del arte lunchero capitalino.

Con Así Son las Cosas. Colección de Relatos ( Editorial Planeta) Cota: 321.8042 Y22 podrán conocer las graciosas y hasta descabelladas anécdotas que Oscar Yanes nos legó sobre personajes icónicos de la Caracas de antaño, como Isidoro el último cochero de la ciudad de los techos rojos u otros menos conocidos como »Regalito», un famoso gay de Catia que en los años 40 se paseaba por los bares de la ciudad con una caja de regalo para un supuesto amante que nadie llegó a conocer pero que el esperaba a los pies de las escalinatas del Calvario. O »El bachiller» un loco que siempre bien vestido y con actitud prepotente andaba por los alrededores de la UCV con un banquito sobre el que se encaramaba y dictaba cátedra sobre la vida y obra de Bolívar, Cuenta Yanes que los mamadores de gallo le gritaban¡Epa! ¿tu no eres Páez? y entonces el bachiller se bajaba del banquito y recitaba pensamientos del llamado León de Payara no sin antes comentar “Es que a Páez lo hago abajo porque no era tan arrecho como Bolívar”. En definitiva personajes e historias que han quedado fijos en nuestra memoria y forman parte de nuestra cultura popular.

Dichos libros podrán encontrarlos en la Biblioteca publica central Simón Rodríguez, que por cierto fue considerada por muchos años como la edificación más alta de la ciudad, llamándosele «El Rascacielos de Caracas».

Los interesados en documentarse más sobre nuestra apasionante sultana pueden visitarnos en el Foro Libertador y echarle un vistazo a nuestra colección bibliográfica general en la que encontrarán abundante material al respecto, también pueden visitar el portal: http://www.camionetica.com/2014/03/03/cuentos-de-esquinas/ y conocer el proyecto de cortos animados »Cuentos de Esquinas» para encontrarse de forma divertida y didáctica con las anécdotas históricas de aquella Caracas colonial.

Celebremos pues que nuestra ciudad está de cumpleaños y recorramos también a través de senderos de tinta y papel cada una de sus calles e historias cuyos ecos siguen alcanzándonos para recordarnos que ¡Caracas es Caracas!.

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