Un guerrillero al Panteón: El fuego de Fabricio Ojeda aún arde en el 23

24 enero, 2017

Los restos mortales del héroe reposarán desde ahora junto al padre Libertador

Texto: Renny Marrero / Fotos: Prensa Miraflores-MPPC / Prensa IABNySB

No hacemos las armas contra el Ejército, las hacemos contra quienes sirven a los monopolios extranjeros causantes de nuestra pobreza; hacemos la guerra contra los asesinos de estudiantes, de obreros, de campesinos; hacemos la guerra contra los que roban y comercian a nombre de una democracia falsa; hacemos la guerra contra los que siembran el hambre, la angustia y el dolor en la familia venezolana; hacemos la guerra contra una vida de corrupción, de odios y de intrigas; en fin, hacemos la guerra para que la aurora de la libertad y la justicia resplandezca en el horizonte de la patria”. Fabricio Ojeda

Una vez más, el pueblo revolucionario y chavista desbordó las calles caraqueñas en una jornada de movilización popular de las fuerzas sociales que acompañan a la Revolución Bolivariana, comandada por el presidente Nicolás Maduro, Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y Líder del proceso político que sigue enarbolando las banderas libertarias de nuestros patriotas de todas las épocas.

Por eso, el día de ayer al conmemorarse los 59 años del derrocamiento de la dictadura de Marcos Evangelista Pérez Giménez, ocurrida el 23 de enero de 1958, se rindieron honores a uno de los protagonistas de aquella gesta histórica por la libertad: Fabricio Ojeda, el periodista que alcanzó un curul parlamentario y lo abandonó para abrazar las armas de la lucha libertaria.

Desde tempranas horas, organizaciones sociales, colectivos y partidos políticos se concentraron en varios puntos de la ciudad para acompañar el traslado de los restos mortales de este guerrillero, desde el Cementerio General del Sur ubicado en la Parroquia Santa Rosalía hasta el Panteón Nacional -última morada, con que la Patria reconoce a sus hijos más ilustres-, la gran concentración contó además, con un callejón de honor; desde el Bulevar Cesar Rengifo a las afueras del mencionado campo santo, atravesó el corredor Roca Tarpeya, la avenida Universidad hasta llegar a las escalinatas del Panteón, donde se fue aglomerando el pueblo a la espera de los restos del líder revolucionario.

En una de las tarimas del recorrido, se pudo apreciar fragmentos de un discurso del Comandante Chávez, donde explicaba, que como jefe de la Junta Patriótica, Ojeda tuvo un lugar preponderante en la lucha contra Pérez Giménez y su posterior derrocamiento, su astucia y capacidad organizativa le llevó a entrevistar al dictador, sin que este, sospechara que se hallaba frente al líder de la subversión.

Luego de los sucesos del 23 de enero de 1958, Fabricio Ojeda se postuló como Diputado por el Partido Unión Republicana Democrática URD, ocupando un curul en el Congreso Nacional por el Distrito Capital, el mismo que abandonaría para unirse al movimiento guerrillero como única vía para combatir el despotismo galopante de Raúl Leoni y, alcanzar los sueños de una Patria libre, sueños e ideales que le costaron la vida, el 21 de junio de 1966 en la Cárcel Nacional de Trujillo, donde fue cruelmente asesinado por órdenes de la dirigencia política, que durante la IV República, se encargó de eliminar todo foco libertario tratando de ocultar el nefasto hecho calificándolo de suicidio.

Una vez llegada la caravana que escoltaba los restos del líder guerrillero, la Guardia de Honor Presidencial rindió los homenajes correspondientes al sarcófago. Entonces fue el presidente Maduro, quien se dirigió al pueblo, “hoy ha sido un acto de verdadero fervor para acompañar a este verdadero héroe, Fabricio Ojeda entra al Panteón como un joven eterno”, declaró al entregar la Orden Libertadores Post Mortem en su primera clase a Fabricio Ojeda.  También entregó una réplica del sable de Rafael Urdaneta a la hermana del guerrillero homenajeado, Thays Ojeda.

Sin lugar a dudas, las emotivas palabras de Rufo Meneses, segundo comandante de la Fuerza Armada de Liberación Nacional (FALN), guerrillero sobreviviente que acompañó a Fabricio en la época de la lucha armada, reavivaron en el pueblo, concentrado a las afueras del Panteón, la llama libertaria que Fabricio prendió aquel día, en que abandonó el Congreso para adentrarse en la lucha armada.

»Si muero, no importa, otros vendrán detrás que recogerán nuestro fusil y nuestra bandera para continuar con dignidad, lo que es ideal y deber de todo nuestro pueblo», rezan las palabras finales del discurso de renuncia al Congreso por parte de Fabricio Ojeda el 30 de junio de 1962; pasando desde entonces, a ser conocido como »Comandante Roberto”, jurando hacer la Patria libre o morir por Venezuela, uniéndose a un Frente Guerrillero de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) en Los Andes.

La directiva y personal del IABNySB dijo presente en las calles para acompañar esta importante actividad, en la que una vez más, el chavismo demostró su compromiso con la historia y la intención de seguir avanzando en la construcción de una sociedad justa y equitativa, esa con la sueñan hombres y mujeres como Fabricio, tal como Rufo Meneses tomó en sus manos el viejo fusil del líder asesinado, nos corresponde hoy, tomar sus ideales como bandera y consigna en la lucha por la Patria, para ser dignos de repetir en teoría y práctica su grito de guerra y vida : ¡La línea justa es luchar hasta vencer!

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