José Martí: el modernista combatiente

27 enero, 2020

Con sus ideas revolucionarias, su creatividad y su querencia por una patria libre y soberana, se convirtió en unos de los precursores del modernismo

Texto: Sathya Arteaga / Imágenes: Cortesía

José Martí es sinónimo de la Cuba combatiente. Su fuerte humanismo y sus ideas revolucionarias no solo guiaron al pueblo de la nación caribeña en el combate por su libertad durante la guerra de la independencia (1895). También se expresaron en su creación literaria, inscrita en la corriente modernista. JOSÉ MARTÍ

Desde muy joven fue integrante de grupos independentistas, lo que le trajo como consecuencia su aprehensión en la Cárcel Nacional como conspirador. Según datos históricos, fue encarcelado por una carta dirigida a su compañero Carlos de Castro y Castro, quien se alistó como voluntario en el ejército español para combatir a los independentistas.

Después de seis años de prisión, sus padres lograron el destierro de Martí a España, donde estudió Filosofía, Letras y Derecho en la Universidad de Madrid y Zaragoza. En este país publicó su primera obra, La Adúltera, pieza de teatro de drama social en la que expone su visión sobre la fidelidad, la sinceridad, el respeto y el amor. 

Sus largos recorridos por el mundo, decide establecerse en México, país donde conoció a Carmen Zayas-Bazán, con quien se casó, y gracias al Pacto de Zanjón (Manuscrito que recoge las bases para poner fin a la Guerra de los Diez Años, 1868-1878), se trasladó a Cuba. Tras su llegada a la isla, fue deportado nuevamente y se instala en Nueva York, Estados Unidos, donde se dedica por completo al periodismo y a la literatura. Revista Venezolana

El 21 de enero de 1881 llegó con su familia a Venezuela, que definió como “La Jerusalén de los Suramericanos, la cuna del continente libre, donde Andrés Bello, un Virgilio, estudió; donde Bolívar, un Júpiter, nació” y en donde fundaría en julio de ese año la “Revista Venezolana”, pero solo consiguió publicar dos artículos, tras ser desterrado por el gobierno de Antonio Guzmán Blanco.

Estos acontecimientos, junto a sus viajes a Europa y América, influyeron en la producción literarita de Martí, quien desarrolló un estilo propio dentro del modernismo. En “Nuestra América” (1891), afirma que los latinoamericanos son los únicos que debían hacerse cargo de sus propios problemas y crear su propia historia para poder así darles solución, de acuerdo a su contexto, destacándose de los demás escritores modernistas de la época por expresar sus emociones, sentimiento y los problemas sociales de su tiempo.

Esto se ve reflejado entre sus obras más resaltantes, como lo son: Versos Libres (1878-1882, publicado después de su muerte); Ismaelillo (1882), obra que influyó en el desarrollo del modernismo, y Versos Sencillos (1891), poemario en donde expresa la alegría de la naturaleza, el sufrimiento y el temor al paso del tiempo:

Yo soy un hombre sincero

De donde crece la palma,

Y antes de morirme quiero

Echar mis versos del alma.

Yo vengo de todas partes,

Y hacia todas partes voy:

Arte soy entre las artes,

En los montes, monte soy.

Susana Rotker en su libro La Invención de la Crónica (1992), afirma que Martí “quería producir pausas en el ritmo de la lectura, por lo cual recurrió a una puntuación no académica.  En sus textos los guiones son una suerte de comas largas – marcan un detenimiento en la lectura mayor que en las comas comunes; los dos puntos reaparecen varias veces dentro de la misma frase, no para indicar semejanzas o derivaciones, sino como una forma de detener el ritmo de la lectura”.  Ejemplo de ello es la siguiente estrofa de Flores del Destierro 1885-1895:

La obra-delante, y el amor-adentro:-

Y el amor, remolino avaricioso,

El alma entera arrastra al hondo centro;

La obra perece-y el amor celoso,

Luego que por su culpa el hombre yerra,

Con culpa y sin vigor lo deja en tierra.

También destacaron los cuentos de Martí, especialmente los publicados en La Edad de Oro, revista infantil editada íntegramente por él, y publicada en Nueva York entre julio y octubre de 1889. En esta publicación, del que solo salieron cuatro números, aparecen los cuentos “Bebé y el señor Don Pomposo”, “Nené Traviesa” y “La Muñeca Negra”. Jose Marti4

Martí tuvo que suprimir esta labor por sus múltiples responsabilidades, que cambiarían en 1895: parte a fines de enero a Cuba para retomar la lucha por la independencia de este país. Primero pasó por República Dominicana, donde firmó el 25 de marzo el Manifiesto de Montecristi, que establece los principios que guiarían el combate por la libertad de los cubanos.

Llega a Cuba el 11 de abril, a fin de terminar de ajustar las acciones para emprender el combate. El 19 de mayo, cae en combate ante las fuerzas españolas, cuando a galope tendido sobre su caballo recibió unos impactos de balas en Dos Ríos, Provincia de Oriente, Cuba.

 

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