Pedro Manuel Arcaya, el Señor de los Libros

24 octubre, 2016

Su colección comprende 147.119 libros y reposa en la Biblioteca Nacional de Venezuela

Texto: Renny Marrero / Fotografía: Adianes Gutiérrez / IABNySB

En la historia contemporánea de Venezuela son muchos los personajes que han generado controversias de cara al análisis de sus aportes a nuestra sociedad, uno de ellos fue sin dudas Pedro Manuel Arcaya (1847-1958) escritor, sociólogo, historiador, abogado y jurista quien desempeñase importantes cargos políticos en la Venezuela gobernada con puño de hierro por el General Juan Vicente Gómez, a quien Arcaya llegaría a defender desde las páginas de su libro Venezuela y su actual Régimen escrito en Estados Unidos de Norteamérica, donde fungió como embajador de Venezuela en los períodos comprendidos entre 1927-1930 y de 1943 a 1945.

La cercana relación de Arcaya con otros personajes de las letras venezolanas como Laureano Vallenilla Lanz, autor de El Cesarismo Democrático y José Luis Fortoul ambos acólitos al régimen gomecista lo hicieron parte de una élite academicista. En tal sentido, llama poderosamente la atención el papel que la lectura y la escritura jugaron en la vida de este hombre, quien con su pluma se paseó por diferentes linderos de la historia y la política publicando escritos que parecen contradecir su firmeza ideológica frente a temáticas como la democracia, la libertad y la gobernabilidad como lo demuestra parte de su obra.

Para 1899 escribe un extenso análisis sobre el Imperialismo Americano publicado en el diario nacionalista el Heraldo de Coro. En 1900 publica estudios sobre Simón Bolívar.  Es incorporado a la Academia Nacional de la Historia como reconocimiento a un trabajo de investigación sobre la insurrección de negros en la Serranía de Coro, esa que liderara José Leonardo Chirino en 1795. Pasa el tiempo y treinta y ocho años después lo encontramos defendiendo a Gómez en calidad de embajador en Washington desde las páginas del ya mencionado Venezuela y su actual régimen, esto le convierte en un autor polifacético, y de un complejo pensamiento político digno de un análisis descarnado que permita esclarecer las dudas o suspicacias que pudiera generar en el lector este aparente vaivén de Arcaya.

Pero es su carácter de Bibliófilo el aspecto que más destaca en la vida de este venezolano, su amor por los libros comenzó desde la niñez y fue avanzando a medidas que se hacía un hombre de mundo, convirtiéndole en amante de las ediciones originales y más correctas de los libros. Así como, estudioso y entendido sobre sus libros y los temas tratados en cada una de sus colecciones, lo suyo fue un verdadero y metódico proceso de selección, archivar, agrupamiento y estudio no el vulgar hecho de coleccionar o amontonar.

Fue esta pasión por las letras lo que le llevó a reunir en su biblioteca personal la impresionante cantidad de 147.119, volúmenes contentivos de las más diversas áreas del conocimiento, bien podemos imaginarlo en sus viajes como embajador rastreando alrededor del mundo aquellos tomos, consiguiéndolos en subastas, tiendas de antigüedades y como sus deudos lo manifestaran, haciéndose suscriptor de las más prestigiosas casa editoriales de Hamburgo y París.

La  biblioteca personal de Pedro Manuel Arcaya fue punto de referencia y asiduo lugar de encuentro y consulta para intelectuales y estudiantes en una época en que contradictoriamente la cultura era vista como algo peligroso y más contradictorio. Aun resulta el hecho de que el dueño de tal reservorio cultural formase parte de la élite gobernante, tras su muerte el 12 de agosto de 1958, sus herederos realizan la integra donación de sus libros a la República, pasando esta a engrosar la existencia bibliográfica de la Biblioteca Nacional de Venezuela.

Es en el Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y Servicios de Bibliotecas (IABNySB) donde reposan hasta hoy cada uno de los 147.119 libros que la componen, se pueden consultar en la Dirección de Libros Raros y Manuscritos, allí nos esperan como aporte cultural para la Patria, por parte de uno de los hombres más controversiales a la par de reconocidos del país.  Así, la colección de Arcaya reposa en la sede del conocimiento formando parte del patrimonio nacional.

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