Reverón: el hombre que pintaba con Bailarinas de luz en la cabeza

9 mayo, 2018

El tiempo hizo justicia al valor y trascendencia de su obra

Texto:Renny Marrero/ Foto: Adianez Gutiérrez /Prensa IABNSB

“Me queda algo flotando en la retina … Es una materia más bella que la materia misma.

Me voy con ese ritmo tumultuoso, con esa música, no puedo decirlo de otro modo”…

Armando Reverón

 

Tal día como hoy, 10 de mayo pero de 1889 en la quinta San José, ubicada en el sector Puente Hierro de la populosa parroquia caraqueña Santa Rosalía una mujer de pudiente familia llamada Dolores Travieso Montilla daba a luz al que sería su único hijo, éste pequeño pudo haber sido un caraqueño más, pero el destino le llevaría a formar parte imprescindible del litoral varguense y la historia lo reconocería como uno de los grandes maestros de las bellas artes venezolanas y del mundo, hablamos por supuesto de Armando Reverón, al cumplirse hoy 129 años de su natalicio invitamos a apreciar algunas pinceladas de la vida de quien fuese el más importante artista venezolano del siglo XX a través de varios de los títulos de nuestra colección bibliográfica general :

 

Paradójicamente Arrnando Reverón “El Maestro de la luz” como también se le conoce desde muy corta edad vivió rodeado de sombras, refieren sus biógrafos que no fue amantado por su madre sino por una nodriza, en su más tierna infancia fue abandonado por sus progenitores siendo entregado al cuidado del matrimonio Rodríguez-Zocca, esto por iniciativa de su padre, Julio Reverón un hombre a quienes los biógrafos del maestro definen como un ludópata inestable y déspota, sólo años más tarde, tras la muerte de éste, Dolores haría permanente su presencia en la vida del hijo.

Pero no todo fueron tonos grises en el lienzo de su existir, tal como lo cantara Alí Primera en la canción que le dedicó “Cuando estaba pequeñito miró las mariposas volar y aprendió a amar los colores”, tras iniciar sus primeros estudios en 1895 en el Colegio de los Padres Salesianos en Caracas es trasladado por Francisco Rodríguez Castro y Carmen Zocca de Rodríguez a una Hacienda de su propiedad llamada "Caño Monagas" en la ciudad de Valencia, allí el muchacho entra en contacto con la naturaleza y comienza a desarrollar las habilidades de muñequero, titiritero y juguetero obsequiando con sus creaciones artesanales a Josefina, la hija del matrimonio Rodríguez-Zocca a quien Armando llegó a apreciar como una hermana, en cuanto a su pasión por los pinceles, el lienzo y el caballete, ésta se inició de manos de un tío-abuelo materno llamado Ricardo Montilla, quien le instruyó en el dibujo natural.

Entre 1902 y 1903 en plena adolescencia Reverón es atacado por el tifus o fiebre tifoidea provocándole el brote de lo que años más tarde le será diagnosticado como una esquizofrenia tardía, condición psiquiátrica caracterizada por períodos depresivos y crisis psicóticas que marcarían su vida, el 23 de junio de 1907 se inscribe en la Academia de Bellas Artes de Caracas allí tuvo por compañeros a otros grandes como Rafael Monasterios y Manuel Cabré, para 1908 ya creaba sus primeras pinturas, entre ellas un retrato de su hermanastra al que titula "Muchacha Tejiendo" En 1917 sufre una perdida irreparable: la muerte de Josefina, su hermanastra a quien adoraba, se dice que esto desencadenó su primera gran crisis depresiva, nunca más visitaría Valencia. Un dato curioso es que para 1911 tras su regreso a Caracas habita con su madre la casa donde aseguran los historiadores nació Francisco de Miranda, para entonces convertida en pensión.

En 1921 se residencia en Macuto, La Guaira siguiendo el consejo de su amigo Nicolás Ferdinandov, un pintor ruso que ejerció gran influencia en Reverón, allí construye su morada y taller, una choza o rancho de piedra, tablas y palmas al que bautizó como "El Castillete", una vez levantado ese refugio se establece en él por el resto de sus días junto a Juanita Mota a quien conociera en el litoral durante los carnavales de 1918 convirtiéndola en su fiel compañera de vida, musa y modelo de la mayoría de sus desnudos femeninos.

Estos y otros capítulos de su historia podemos leerlos en Voces y demonios de Armando Reverón, obra del poeta Juan Calzadilla con fotos de Victoriano de los Ríos que encontrarán en la referida colección bajo la cota 759.987 R452v se trata de un compendio de anécdotas llenas de ternura narradas por aquellos que trataron de cerca a Reverón y supieron hallar en el gran pintor, a veces sin entenderlo y casi siempre por afecto, otras facetas en aquel hombre que acompañaba su proceso creador con el empleo constante de metáforas, fábulas y humor, entre los testimonios destacan los de Mateo Manaure, Alfredo Armas Alfonzo y Margot Benacerraf entre otros.

Acerca de su vida en el Castillete y la relación que mantuvo con los habitantes del sector recomendamos la lectura de Reverón amigo de un niño un hermoso testimonio vivencial de Eyidio Moscos quien en su infancia fuese vecino del genio de la luz, su cota es 759.987 R452 M entre sus páginas Moscos define la particular amistad que siendo aun un infante trazo con Reverón .

Su obra

Reverón perseguía la luz, su percepción de la naturaleza aunada a su inventiva le permitió desarrollar un novedoso método de pintar con el que buscaba afanosamente representar la atmósfera del paisaje bajo los efectos de la deslumbrante luz del sol, exótico, irracional y primitivo, así le definían quienes tuvieron la oportunidad de verle pintar en su Castillete amarrado por la cintura suspendido en el aire usando una suerte de polea diseñada por él mismo o cazando la luz de un amanecer en el litoral con los tobillos bañados por las olas y los pantalones arremangados hasta las rodillas valiéndose de una gran bolsa de tela donde guardaba trozos de madera que le servían de pincel.

Los críticos y estudiosos de la plástica de Reverón distinguen cuatro grandes etapas o épocas en su estilo pictórico estos son la Época Azul (1916-1924) inmersa en el simbolismo marcada por atmósferas oscuras y sensuales con fuerte presencia de temas marinos, majas y su inseparable Juanita, Época Blanca que se extiende por diez años hasta 1936 y en la que exploró los efectos de la intensa luz del trópico la Época Sepia ya a finales de la década de 1930 y finalmente la Época Azul iniciada en 1940 catalogada como delirante y mágica, durante esa etapa signada por una de sus más fuertes crisis esquizoides se dedica casi a tiempo completo a crear objetos y muñecas.

Para tener una idea del análisis critico de su pintura recomendamos leer Armando Reverón 1989 una edición que en honor a su centenario publicara el Salón Nacional de pintura de Venezuela, la cota es 759.987sp, tambien encontrarán interesante el libro La magia solar Venezuela en México, obra editada entre los ministerios de cultura de Venezuela y México que ofrece una mirada a su arte desde distintas perspectivas cuya cota es 759.987 R452 mr.

Incomprendido y sub valorado, razón tenía Alí al denunciar en su canto que "La desnudez de un delirio se la pagaban con ron" pues críticos, curadores y otros aprovechadores del arte de "El loco de Macuto" como le decían los vecinos del sector, se enriquecieron a expensas de su talento, esos falsos amigos se valían de su condición psiquiátrica para apoderarse de sus valiosas pinturas, aunque sabemos sus nombres no vale la pena mencionarlos, la historia los condenó al olvido.

A la luz de la razón o un loco visionario…

Reverón fue, artísticamente hablando un adelantado a su época, hoy críticos especializados le consideran precursor del performance o acción artística en nuestro país, recordemos que quienes le visitaban en El Castillete eran recibidos por las improvisaciones que éste ofrecía actuando y danzando solo o interpretando algún sainete junto a su querido mono Pancho provocando el asombro de su público, claro que la mayoría de las veces sus visitantes las consideraban como rarezas o extravagancias de un hombre cuya salud mental se deterioraba progresivamente.

También fue pionero (sin saberlo) de lo que a partir de la década de 1960 surgiera en Italia como “Arte povera” o arte pobre debido a que se utilizan para su creación materiales humildes, generalmente no industriales como plantas, sacos de lona, grasas, cuerdas, tierra y troncos, todos estos materiales los utilizaba el maestro en la confección de sus muñecas, adornos y juguetes. Estos materiales se valoran principalmente en sus cambios, ya que a medida que se van deteriorando, transforman la obra….

Cabe destacar que aun recluido en el sanatorio hizo gala de sus facultades artísticas, para 1953 es internado nuevamente y produce no menos de doce cuadros para los que usó como modelos a enfermeras y pacientes, tarde le llegaría el reconocimiento del Museo de Bellas Artes a su obra pues ese año le confieren el Premio Nacional de Pintura y muere al año siguiente, el 18 de septiembre de 1954 recluido en el sanatorio San Jorge en Catia a los 65 años de edad .

El tiempo le haría justicia y su obra no solo se codearía en los grandes salones con El Greco y con Renoir sino que sería admirada por maestros como Pablo Picasso, Rafael Soto y el español Antonio Saura, además en el 2007 el Museo de Arte Moderno de Nueva York MOMA le dedicó una retrospectiva; siendo esta la primera vez que le dedica a una artista venezolano, actualmente el Gobierno Bolivariano de Venezuela ha reivindicado el valor de su obra, desde el año 2016 sus restos mortales reposan en el Panteón Nacional, desde diciembre de 2017 se bautizó al Museo de Arte Contemporaneo de Caracas con su nombre  y se puso en marcha el Plan Reverón 2018, una ofensiva cultural que enaltece lo afirmativo venezolano.

“No puedo saber lo que ahora dicen de mí. Tampoco puedo decir nada de los demás. Debo ser como un cuadro. Los cuadros no hablan" expresó alguna vez en una entrevista el hombre que decía tener bailarinas de luz que danzaban en su cabeza, hoy podemos decir de él, parafraseándolo que tenía Luz como para magos…

Reverón titiritero

Reverón el muñequero
Se quedó juana la gorda
Ya no sirve de modelo…
 

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