Don Cecilio Acosta y José Martí, bajo la aguda mirada de la investigadora Mirla Alcibíades

23 octubre, 2018

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En el marco del bicentenario del natalicio de Cecilio Acosta, la investigadora ofreció una conferencia en la sala de Libros Raros y Manuscritos de la Biblioteca Nacional

Texto: Jufany Toledo / Fotos: Soraya Tovar y Jufany Toledo / Prensa IABNSB

Como parte de las actividades que a lo largo de este año se han celebrado para conmemorar el bicentenario del natalicio de don Cecilio Acosta, la acuciosa investigadora Mirla Alcibíades compartió nuevos hallazgos sobre la relación existente entre ese gran humanista venezolano y el prócer de la Revolución Cubana, José Martí.

La conferencia se llevó a cabo en la sala de Libros Raros y Manuscritos del Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y de Servicios de Bibliotecas, con la participación de trabajadoras y trabajadores de la institución, investigadores y estudiosos de estos dos grandes hombres, que acuñaron para la posteridad el término “nuestroamericano”.

Alcibíades, quien desde hace muchos años anda tras las pistas de Martí y Acosta, inició su ponencia citando elocuentes frases de diversos intelectuales de todos los tiempos, quienes resaltaron la talla moral e intelectual de don Cecilio Acosta. Cuentan entre ellos Manuel Díaz Rodríguez, Fernando Paz Castillo, Felipe Tejera, Gonzalo Picón Febres y Rufino Blanco Fombona.

Refiriéndose a don Cecilio, Blanco Fombona escribió: “Merece especial recordación porque fue uno de los mayores prosistas de la lengua castellana en todos los tiempos, porque fue pensador osado, gran jurisconsulto, espejo de rectitud y paradigma de virtud ciudadana". 

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Esas y otras razones permitieron que el joven José Martí, durante su breve estadía en Caracas, se admirara por su grandeza moral, honestidad, cultura e inteligencia; lo cual plasmó en un ensayo que escribió días después de su muerte, titulado “Cecilio Acosta”; y que fue publicado el 15 de julio de 1881, en el segundo y último número de la Revista Venezolana.

Ya está hueca y sin lumbre, aquella cabeza altiva, que fue cuna de tanta idea grandiosa; y mudos aquellos labios que hablaron lengua tan varonil y tan gallarda; y yerta junto a la pared del ataúd, aquella mano que fue siempre sostén de pluma honrada, sierva de amor y al mal rebelde. Ha muerto un justo: Cecilio Acosta ha muerto. Llorarlo fuera poco. Estudiar sus virtudes e imitarlas es el único homenaje grato a las grandes naturalezas y digno de ellas…”, le escribiría Martí.

Alcibíades, a través de fuentes primarias y fidedignas, se refirió a testimonios de discípulos de Acosta, como Víctor Antonio Zerpa, que dan fe de la gran amistad que fraguaron Acosta y Martí, clara evidencia de que muchos de los postulados adjudicados a Martí surgieron realmente de las enseñanzas que recibió de Acosta.

Lisandro Alvarado reconocería que, a pesar de la diferencia de edad entre Cecilio Acosta y José Martí, eran semejantes en su erudición, su calidad ética, humana y moral; así como también en sus deseos porque el individuo se instruyera, se cultivara. Es evidente que el joven Martí, con apenas 28 años, se deslumbró ante la sapiencia y la gracia de Cecilio Acosta.

Al respecto, la conferencista enfatizó que fue don Cecilio Acosta quien, en 1879, acuñaría el término “Nuestra América”, refiriéndose a la América Latina y separándola de la América sajona, de la cual, además de la lengua nos diferencian las culturas, intereses, modos de vida, sentimientos y pensamientos. Fue ese el concepto que él le enseñó a Martí en las postrimerías de su vida, y que el cubano se encargó de divulgar.

El segundo aspecto destacado por Mirla Alcibíades se centró en la relación existente entre Martí y Acosta. La investigadora fundamentó que en ese corto tiempo en que el cubano permaneció en Caracas, lo visitó más de una vez en su humilde vivienda. Prueba de ello son las correspondencias y las descripciones que refieren, como por ejemplo, que Acosta vivía en una húmeda y angosta casa, que poseía pocos libros y prefería los diccionarios.

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Don Cecilio Acosta, uno de los más importantes humanistas del siglo XIX, nació el 1° de febrero de 1818 en San Diego de Los Altos, estado Miranda, y murió en Caracas el 8 de julio de 1881, a la edad de 63 años. José Martí, conocido como el precursor de la Revolución Cubana, nació en La Habana el 28 de enero de 1853 y murió el 19 de mayo de 1895 en Dos Río, Cuba.

Quienes deseen profundizar en el pensamiento y en la obra de estos dos grandes personajes de las letras, la historia y la cultura del siglo XIX, pueden visitar las distintas colecciones de la Biblioteca Nacional, donde se encuentra su obra, o consultar en línea los diversos documentos que incluyen discursos, correspondencia, ensayos, poesía y tratados de derecho y política, que ya se encuentran liberados en la Biblioteca Digital de Venezuela “César Rengifo”.

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