Pedro Grases puso su ingenio y tesón al servicio del conocimiento   

17 septiembre, 2019

El maestro, nacido hace 110 años, dedicó su carrera a investigar la obra de figuras como Juan German Roscio y Andrés Bello

Texto: Sathya Arteaga / Fotos: Referenciales / Prensa IABNSB

Pedro Grases dejó un gran legado a la cultura venezolana e hispanoamericana. Sus obras se convirtieron en una gran fuente de descubrimiento, para corregir enigmas e imprecisiones que se encuentran aún en la historia los acontecimientos históricos. Según investigadores o escritores, Grases poseía facultades increíbles para encontrar datos relevantes.

Nacido en Cataluña un 17 de septiembre de 1909, rodeado de una familia de ganaderos y de vinicultores, fue el único en ir a estudiar en la universidad. En su juventud escribió obras de teatro y tradujo diversos textos en árabe al catalán y colaboró en periódicos y revistas en Cataluña y Madrid.

Años más tarde, cursó estudios en Derecho, Filosofía y letras en la Universidad de Barcelona y en la Universidad de Madrid.

En medio de la Guerra Civil española (1936), Grases decidió emigrar a Francia, donde vivió casi un año junto a su esposa, Asunción Galofré Tomás de Grases, y con su primer hijo. Luego se mudó a la ciudad francesa de Épinal, donde nace su segundo hijo. En 1939, emigra a Venezuela por sugerencia de unos familiares que vivían en Maracay, y obtiene la nacionalidad venezolana en 1954.

Durante su estadía en Caracas, ejerció la docencia en la educación secundaria y universitaria. Quienes tuvieron el privilegio de conocerlo personalmente, indican que sus clases eran formativas y entretenidas

Dictó clases en instituciones como la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), la Universidad Central de Venezuela (UCV), el Instituto Pedagógico Nacional (hoy Instituto Pedagógico de Caracas), el liceo Fermín Toro, entre otros.

En 1960 emprendió la tarea de indagar sobre los personajes y las ideas del primer siglo de la República. Así nacieron 15 volúmenes de El Pensamiento Político Venezolano del siglo XIX.

Al cumplir 40 años de docencia y 70 años de edad, el Congreso Nacional homenajeó al maestro Pedro Grases, quien donó su biblioteca personal. Todo este acervo documental, compuesto por más de 70 mil volúmenes, reposa en la biblioteca erigida en honor a este investigador, en la Universidad Metropolitana.

Aportes a la cultura venezolana

Pedro Grases dio con el manuscrito original del Discurso de Angostura. A su vez, hizo aportes a la historia de la imprenta en Guayana, ordenó y completó los números ordinarios y extraordinarios del Correo del Orinoco, herramienta ideológica clave para el proceso de independencia, e hizo un estudio crítico al periódico.

Elaboró la bibliografía de Don Arístides Rojas (1826-1894), editada por la Biblioteca Nacional (1943); publicó los índices analíticos de revistas venezolanas en 1956; y trabajó en la organización de las Obras Completas de Andrés Bello (1948), Obras Completas de Rafael María Baralt (1956); obras de Juan Germán Roscio (1953); Obras escogidas de Agustín Codazzi (1958) y Archivo de Sucre (1973).

 

Pedro Grases consideró que sus obras requerían de orden e inició en 1981 la edición de su producción en 21 volúmenes. El volumen XX El viaje se termina, se publicó en 1998. Temas para el estudio de Iberoamérica, correspondiente al volumen XXI, se divulgó en 2002.

Pedro Grases y Juan German Roscio

Pedro Grases, referido en el libro Los olvidados del Bicentenario, de Reinaldo José Bolívar, indicó que el líder independentista Juan German Roscio “fue unos de los primeros nombres preclaros entre los cuatro o cinco más ilustres en la esforzada empresa de la independencia hispanoamericana”.

Además, fue uno de los hombres decisivos “en la formulación de documentos sustantivos de la emancipación y actor en la conducción de la obra de gobierno desde el 19 de abril de 1810 hasta la definición de la gestión patriota en la Angostura al emprender la liberación de medio continente desde las orillas del Orinoco en 1818– 1819”, expresó Grases.

Reconocimientos por su trayectoria

Durante su vida, este investigador fue reconocido con diversos premios nacionales e internacionales, como la Medalla de Instrucción Pública (1947); Premio Nacional Andrés Bello (1953); Profesor Honorario de la Facultad de Filosofía y Educación de la Universidad de Chile (1955); Profesor Honorario de la Facultad de Derecho de la Universidad del Zulia (1955); y la condecoración Orden do Cruzeiro do Sud, Comendador, de Brasil.

También le otorgaron la Orden de Céspedes, Cuba (1958); Orden Andrés Bello, corbata (1962); Orden del Libertador, categoría, Comendador (1965); Orden al Mérito, categoría Comendador, Chile (1966); Orden Francisco de Miranda, 2da. Clase (1967), entre otros.

El historiador, escritor, crítico, bibliógrafo, docente y filólogo falleció el 15 de agosto de 2004 en Caracas.

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