Manuel Díaz Rodríguez: militante del modernismo en Venezuela
27 febrero, 2021
Al conmemorarse 150 años de su natalicio, la Biblioteca Nacional invita a releer su obra, en la que destacan sus novelas "Ídolos rotos", "Peregrina" y "Sangre Patricia”.
Texto: Jufany Toledo / Fotos: Archivo Prensa IABNSB
Manuel Díaz Rodríguez, hijo de inmigrantes canarios, nació en Caracas el 28 de febrero de 1871. Médico, escritor, periodista, político y académico, este polifacético personaje es recordado por su aporte a las letras venezolanas. En una época marcada por el costumbrismo y el paisajismo rural, Díaz Rodríguez irrumpió en la literatura con una marcada influencia europea.
Luego de egresar como doctor en Ciencias Médicas (1891) de la Universidad Central de Venezuela, viajó a Europa, lo cual le permitió ampliar su cultura y su visión del mundo. Allí visitó Austria, Francia e Italia y vivió en Viena y en París. Sus experiencias en el viejo continente lo llevaron a publicar su primer libro, “Sensaciones de viaje” (1896), en el cual plasma sus vivencias como viajero. En ese mismo estilo se mantuvieron sus dos libros siguientes: Confidencias de psiquis” (1897) y “De mis romerías” (1898).
Dichos textos, al igual que “Los cuentos de color” (1899), se publicaron inicialmente en El Cojo Ilustrado, considerado para entonces el órgano representativo del modernismo, en el cual era un asiduo colaborador. Esta colección se encuentra en la Hemeroteca Nacional y fue digitalizada para garantizar su preservación, por lo que también puede descargarse desde la Biblioteca Digital de Venezuela César Rengifo (BDVCR).
En 1899, recién casado con Graziella Calcaño, regresa a París por cuatro años más, los cuales le sirven para madurar su formación literaria. Durante esa estadía produce dos de sus más importantes novelas: Ídolos rotos” (1901) y “Sangre patricia” (1902), en las que asume una postura crítica hacía la sociedad venezolana de su tiempo, por considerarla retrógrada y mediocre.
En 1903, a raíz de la muerte de su padre, regresa a Caracas para hacerse cargo de la hacienda familiar, ubicada en Chacao; allí permanece cinco años retirado, alternando su tarea del campo con la lectura y la escritura. En 1908, a partir de la llegada al poder de Juan Vicente Gómez, Díaz Rodríguez se convierte en uno de sus colaboradores, retoma la vida pública y durante los próximos años, pasa a ejercer diversos cargos académicos, políticos y diplomáticos. En ese tiempo se edita su ensayo Camino de perfección, que como lo indica su nombre, en él expresa lo que consideraba su ideal literario.
En 1921, publica la que sería su última novela, “Peregrina o el pozo encantado”; con la cual la crítica venezolana fue un poco más benevolente, dado sus rasgos criollistas. Por motivos de salud, viaja a Nueva York en 1927, en donde fallece el 24 de agosto, contando 56 años de edad.
Manuel Díaz Rodríguez podría considerarse el gran incomprendido de la famosa generación de intelectuales de 1898; en la que se incluyen relevantes figuras de la literatura, como Pedro Emilio Coll, Luis Manuel Urbaneja Achelpohl y Pedro César Dominici, entre otros. En él se cumplió el viejo adagio que reza Nadie es profeta en su tierra; ya que mientras su obra fue elogiada por personalidades como Rubén Darío o Miguel de Unamuno, la crítica venezolana desestimaba su calidad literaria.
Sin embargo, su legado es de un valor innegable, sus obras forman parte de la Colección Bibliográfica General de la Biblioteca Nacional; mientras que en la Hemeroteca Nacional diversas publicaciones periódicas incluyen textos de este gran modernista; y desde la BDVCR se puede leer su relato Las ovejas y las rosas del Padre Serafín, incluido en la Antología del Cuento Venezolano, y El secreto del Terranova, publicado en la página 10 de la Revista El Farol, Caracas, Año 1, n° 3, agosto de 1939.
Por su parte, en el Catalogo Público del Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y de Servicios de Bibliotecas, Sisbiv, la búsqueda de Manuel Díaz Rodríguez, arroja 71 resultados, con ediciones diversas de su bibliografía directa e indirecta.