Medio siglo en su compañía

8 junio, 2017

Texto: Jufany Toledo / Fotos: José Chacón/ Composición de imagen: Yira Silvera

Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo…” Con esta frase reveladora, inicia una de las más grandes novelas hispanoamericanas del pasado Siglo XX, cuya primera edición vio luz en Buenos Aires, Argentina, el 5 de junio de 1967, en un tiraje de 8 mil ejemplares, que en poco más de una semana se habían agotado. Hablamos de la obra cumbre del realismo mágico, Cien años de soledad, del escritor colombiano Gabriel García Márquez, que durante 50 años ha sido leída por varias generaciones de lectores en el mundo entero, siendo traducida a 35 idiomas, logrando vender más de 30 millones de ejemplares, de su centenar de ediciones.

Desde entonces, nos acompañan las anécdotas de la familia Buendía y los enigmas de Macondo; ya que como bien señaló el escritor y crítico literario Luis Alberto Crespo, “Después de leer esta obra indefinible nadie es el mismo… Lo que fuimos y seremos se vuelve estado de gracia…” En Macondo se pierde el sentido del tiempo y del espacio, todo lo que parece imposible, allí se torna posible. La magia y la fantasía están intrínsecamente ligadas a la realidad. Soledad, violencia, amor y relaciones de poder, marcan a los personajes de esta maravillosa obra, en la que “El Gabo” hace un uso magistral de las figuras y recursos literarios, logrando capturar la atención del lector, mientras que con la mayor naturalidad narra una serie de sucesos trágicos, que ocurren en ese Macondo afectado por la fiebre del banano, las guerras civiles y el descontento político. Una “realidad” socio histórica propia de la cultura caribeña, contada en tercera persona por un narrador pasivo que no emite juicios, ni establece diferencias entre lo real y la ficción.

Cien años de soledad, impulsó el “Boom” de la literatura hispanoamericana de los años 60, marcando un antes y un después; pero además llevó a su autor a convertirse en el ganador del II Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos en 1972 y diez años más tarde le otorgaron el Nobel de Literatura, que la Academia Sueca justificó alegando que su obra había logrado unir los límites entre lo real y lo irreal. Ambos premios, entre muchos otros reconocimientos y condecoraciones importantes, dan cuenta de la dimensión de este autor, cuyos libros se convirtieron en una lectura obligada para los estudiantes de educación media, lo cual puede ser constatado en la Colección Bibliográfica Contemporánea del Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y de Servicios de Bibliotecas, donde los ejemplares existentes son mudos testigos de la infinidad de manos que los han hojeado, existe además un ejemplar muy especial y resguardado con gran cariño en la Colección de Libros Raros y Manuscritos, correspondiente a la sexagésima primera edición de Editorial Sudamericana en 1984, que está firmada por el propio García Márquez en 1988.

Sus cuentos, novelas, ensayos, reportajes y crónicas periodísticas, se preservan en la Biblioteca Nacional. García Marquez, fue un gran amigo de Venezuela y de los venezolanos. En una oportunidad afirmó que en Venezuela fue joven, indocumentado y feliz. Hechos fortuitos lo trajeron a estas tierras en diciembre de 1957 y aún permanece entre nosotros, gracias a la vigencia y la calidad de sus obras, que lo han hecho inmortal. Tenemos más de medio siglo en su compañía.

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