Los cuentos del tío Nicolás : tradición oral venezolana para los más pequeños

14 julio, 2017

Las aventuras de Tío Tigre y Tío conejo han pasado de generación  en generación

Texto: Renny Marrero/ Foto: Adianez Gutierrez/ Prensa IABNSB 14/07/2017

 

»Es bravo Tío Tigre, pero Tío Conejo dará a cada niño un lindo lucero,  y también un mango y un caramelo»

Alí Primera

 

¿Cómo y por qué se hicieron enemigos Tío Tigre y Tío Conejo?¿A qué carrizos sabrá un sancocho de nido de avispas?  ¿Será verdad que los tigres estornudan después de muertos? Todas esas interrogantes son respondidas  a través de doce pícaras historias recogidas por  Rafael Rivero Oramas  en  Tío Tigre y Tío Conejo.Cuentos de la tradición oral venezolana, una maravillosa compilación de esos divertidos cuentos que han pasado de generación en generación en las familias venezolanas contados por abuelas  y abuelos en tardes de lluvia o noches de insomnio.

Rafael Rivero Oramas, el señor que siempre fue niño, nació en Tácata, Venezuela hace mucho mucho tiempo, desde pequeñito le gustó inventar trabalenguas, adivinanzas y oír historias de fantasmas y  cuentos de aparecidos, pero sus favoritos fueron siempre los protagonizados por ese travieso animalito de orejas largas y nariz inquieta: Tío Conejo, quien  desde siempre se las ha ingeniado para no dejarse comer por Tío Tigre (que no es que sea malo sino que vive con hambre) por eso, cuando creció, Rafaelito se convirtió en escritor y compilador o como a él le gustaba decir »juntador»  de esas historias, para que todas las niñas y los niños pudieran divertirse tanto como él lo hizo con las aventuras de estos animales parlantes.

 

La enseñanza que siempre nos dejarán las andanzas de Tío Tigre y Tío Conejo.Cuentos de la tradición oral venezolana, es que la astucia siempre vence a la fuerza bruta. »El Tío Nicolás» apodo con el que se dio a conocer Rafael Rivero Oramas, durante el medio siglo que dedicó a recorrer con paciencia y mucha alegría cada rinconcito y pueblito de nuestro país, nos  recuerda lo importante que es mantener vivas nuestras costumbres y tradiciones, ese empeño lo llevó  a publicar y dirigir las dos primeras revistas para niños de Venezuela: Onza, tigre y León  y Tricolor, en 1965 publicó La danta blanca, primera novela venezolana de aventuras para niños  y es autor de El hojarasquerito del monte, Tío Cari Cari y La piedra del zamuro, relatos que forman parte  de su extensa producción literaria de dicada  a la niñez venezolana.

Estas divertidas historias forman parte de nuestro patrimonio oral, que es una forma de lo que somos como venezolanos, por eso al Tío Nicolás le tenemos mucho cariño todos aquellos que crecimos  oyendo las ocurrentes travesuras de Tío Conejo, en su honor  han sido bautizados  distintos programas de promoción lectora como »El tío Nicolás va a la escuela» desarrollado por el Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y de Servicios de Bibliotecas IABNSB.

Por suerte para conocer de cerca los entretelones de las jugarretas con que Tío Conejo se le escapa siempre a Tío Tigre no hay que adentrarse en nuestras sábanas ni en las selvas de la Amazonía, basta con visitar  la sala de lectura infantil y juvenil Mamá Rosa ubicada en la terraza del Foro Libertador donde grandes y chicos podrán  encontrar  los cuentos del Tío Nicolás .

 

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