Texto: Renny Marrero / Fotografía: Prensa IABNySB

Todos lo jugamos alguna vez en nuestra infancia, tanto como en el recreo escolar, en los patios o calles de nuestros barrios, se le conoce con diferentes nombres, Pisé, el avioncito, pisao, la rayuela, el equilibrio y una buena puntería son requisitos indispensables para participar de este popular juego que ha pasado de generación en generación sobreviviendo a video juegos y nuevas formas de entretenimiento.

Jugar a la Rayuela es muy fácil, sólo se necesita un poco de espacio en el piso y una tiza con que trazar cuadros que se numeran del 1 al 10 uno tras otro, la idea es intercalar cuadros dobles en sentido horizontal cada dos números, después con una piedra pequeña cada participante en su turno se ubicará delante del primer cuadro, lanzará la piedra para marcar su casa, la cual no podrá pisar, procurando no tocar las lineas, ni salirse del cuadro, tendrá que ir saltando a pata coja tocando con ambos pies sólo los cuadros dobles, este juego es ideal para días de lluvia o para niños y niñas que viven en apartamentos o espacios muy pequeños, otra variante de no tener tiza, es hacer los números en hojas y pegarlas al suelo con un poco de teipe o cinta adhesiva.

La innovador de Rayuela Literaria, dinámica realizada en la sala de lectura La Ceiba ubicada en el metro Cable San Agustín, consistió en que, tanto para poder lanzar la piedra que señala cuantos espacios se deben saltar, como cuando se perdía el equilibrio o la piedra se salía del cuadrado el jugador o jugadora debía descifrar una adivinanza, o nombrar tantas palabras como correspondiera al número de ese cuadrado todas iniciadas por una misma letra, otra de las penitencias fue, nombrar tantos libros como recordaran haber leído en la sala a través del sistema de préstamo circulante.

Es interesante saber que este juego común a todos nuestros países Latinoamericanos forma parte de la herencia cultural que el mestizaje nos ha legado, sus orígenes se remontan al antiguo Imperio Romano en que los legionarios practicaban un circuito de obstáculos brincando en un pie cargados de pesados objetos compitiendo en muestra de destreza y resistencia.

Este juego ayuda con la coordinación visomotora de las niñas y niños, permitiendo la detección temprana de cualquier dificultad en estas áreas, esta acción lúdica forma parte del cronograma de actividades de entretenimiento educativo realizadas en el Plan Vacacional Comunitario 2016, en uno de los sectores populares caraqueños, contando con el apoyo del Instituto Autónomo de Biblioteca Nacional y Servicios de Biblioteca a través de la sala de lectura La Ceiba.