Capitanes de la arena : Cuando la inocencia va descalza y sin cobijo
25 enero, 2018
Jorge Amado denunció el abandono infantil en una monumental novela
Texto: Renny Marrero/ Foto: Adianez Gutiérrez/Prensa IABNSB 25/01/2018
‘‘Es honra de los hombres proteger lo que crece, cuidar que no haya infancia dispersa por las calles,
evitar que naufrague su corazón de barco, su increíble aventura de pan y chocolate
poniéndole una estrella en el sitio del hambre’’.
Mercedes Sosa
Tienen piedras en los zapatos, les duelen los pies, sufren de hambre y sed …otros, la gran mayoría ni zapatos tienen, deambulan por el malecón o entre los turistas buscando qué comer, ganando el descuido para un arrebató o esperando la dádiva generosa de un minuto de atención que los rescate de tanta indiferencia… algunos le llaman rapaces otros ‘‘pirañas’’, así describe el laureado escritor brasileño Jorge Amado al ejército de niños en la calle a los que bautizó como ‘‘ Los Capitanes de la arena’’ haciéndolos protagonista de una de sus mejores novelas que llena de poesía e indignación se nos presenta como un grito de denuncia ante el abandono infantil.
Capitanes de la arena publicado por primera vez en 1937, enfrentó a Jorge Amado a la censura gubernamental pues el relato lejos de la ficción asomaba entre sus páginas una realidad terrible para el coloso del sur: montones de niños abandonados en las periferias de las ciudades, unidos por la miseria y empujados por la necesidad a delinquir, la primera edición de la novela fue confiscada por la policía de Bahía, quemando cientos de ejemplares en una plaza pública y negando la denuncia del autor, siete años después en 1944 al ser reeditada la novela rompió récord de ventas y se convirtió en un fenómeno cultural dentro y fuera de Brasil.
Personajes inolvidables se pasean por las páginas de este relato entremezclando la ternura y la rabia de sus protagonistas, entre ellos Pedro Bala (un mulato de 13 años jefe de los capitanes), ‘‘El profesor’’ un pequeñín aficionado a la lectura y la pintura experto ladrón de libros y ‘‘Pirulito’’ cuya vocación espiritual le llevará a cobijarse en la religión, un capítulo estremecedor por su belleza es ‘‘Las luces del carrusel’’ en el mismo el escritor hace gala de su vena poética describiendo como el alma de estos pequeños se abre a la ilusión de tener una familia, un techo y un hogar que les cobije, a continuación un pequeño fragmento:
‘‘Los labios apretados, los oídos no oyen la música de la pianola, solamente ve las luces que giran a su alrededor, va en un carrusel, girando en un caballito como todos los demás niños que tienen padres y casas y quien los bese y los ame, piensa que es uno de ellos y cierra los ojos para aferrar esa creencia…’’
Con esta novela Jorge Amado, no sólo describió el paisaje urbano de Salvador de Bahía sino que dibujó con maestría el día a día de esos niños criminalizados por una sociedad cuya indiferencia les condena,‘‘Ojalá hubiese sido una ficción y no el reflejo de una pesadilla vivida día a día en nuestras calles por esos pequeños’’comentó su autor en una entrevista, la estructura narrativa nos muestra el papel de los medios de comunicación social, las autoridades competentes en materia de atención al menor y el Estado juegan de cara a la problemática social que representa la niñez abandonada, un intercambio epistolar así como las crónicas periodísticas de las acciones criminales de los menores publicadas por periódicos de la ciudad inician el relato presentándonos el punto de vista de estos sectores para luego llevarnos al depósito abandonado donde conviven como una gran familia los Capitanes de la arena sumergidos en un universo de delincuencia pero también de inocencia y ternura.
Con esta novela la iglesia, los poderosos y militares son sentados en el banquillo de los acusados por el autor a través de un lenguaje directo y crudo en que se exponen las marcadas diferencias sociales, que originaron en el pueblo brasileño grandes cinturones de miseria en sus favelas o barrios; otros personajes entrañables son el padre José Pedro, acolito a la teología de la liberación quien intenta redimir a los niños a través del evangelio y el amor al prójimo, Dora un fugaz ángel de la guarda que se cruza en el camino de los capitanes y los obreros que encenderán en el corazón de Pedro Bala la chispa de la revolución involucrándole en las huelgas del puerto.
Sobre el autor
Jorge Leal Amado de Faria nació en Itabuna el 10 de agosto de 1912, este destacado escritor fue miembro de la Academia Brasileña de Letras, licenciado por la Facultad Nacional de Derecho de Río de Janeiro, militante comunista desde temprana edad, fue cofundador del grupo literario Academia de los Rebeldes, publicó su primera novela a los 18 años.
Sus novelas alcanzaron gran popularidad gracias a su sensibilidad social, identificado con ideales izquierdistas en sus obras se muestra el sufrimiento de los pobres y explotados, en Gabriela clavo y canela (1958) una de sus más famosas creaciones expone el proceso de la explotación cacaotera del Brasil liderada por ricos terratenientes, en su amplísima bibliografía destacan El país del Carnaval (1931), Cacao (1933), Sudor (1934), Jubiabá (1935), Mar muerto (1936), Tierras del sin fin (1943), San Jorge de los Ilheus (1944), Seara roja (1946), Los subterráneos de la libertad (3 volúmenes 1954), Los viejos marineros o Capitán de altura (1961), Los pastores de la noche (1964), Doña Flor y sus dos maridos (1966), Teresa Batista cansada de guerra (1972), Tieta de Agreste (1977), Uniforme, frac y camisón de dormir 81979), Tocaia grande (1984), La desaparición de la santa (1988) y De cómo los turcos descubrieron América (1994) entre muchos otros.
Su militancia política le llevó a ser perseguido y encarcelado, padeció el exilio en Argentina y después en Uruguay durante la dictadura de Getúlio Vargas; tras la caída del dictador Amado regresó a su país y fue electo miembro de la Asamblea Constituyente por el Partido Comunista Brasileño, y diputado federal. En 1947, el Partido Comunista fue declarado ilegal y Amado se exilió de nuevo, esta vez a París, de donde fue expulsado y después a Checoslovaquia. Regresó a Brasil en 1955, dejando la militancia política y dedicándose exclusivamente a la escritura. Fue merecedor de múltiples premios como el Premio Stalin a la Paz (Unión Soviética, 1951), el Pablo Neruda (Rusia, 1989) y el Premio Etruria de Literatura (Italia, 1989) entre otros importantes galardones, varias de sus obras han sido adaptadas al cine, teatro y televisión, y es considerado como uno de los escritores más leídos y traducidos de toda la historia de Brasil. Murió el 6 de agosto de 2001 en Salvador De Bahía ciudad en que ubicó muchas de sus tramas.
Más que una novela
El drama social denunciado por Jorge Amado en Capitanes de la arena alcanzó niveles de escándalo internacional en las décadas posteriores a la publicación de Capitanes de la arena, tristemente célebres fueron los sucesos acaecidos en julio de 1993 en que murieron ocho ‘‘meninos da rua’’ (niños de la calle) a manos de la policía en un tiroteo cerca de la iglesia Candelária en Río de Janeiro, la denuncia de la prensa internacional develó la existencia de escuadrones de la muerte dedicados a practicar ‘‘ Profilaxia social’’ traducida como la limpieza de las calles eliminando a los menores de edad que vagaban por las principales ciudades del país, para 1999 el diario O Globo denunciaba que el 20% de los homicidios de estos niños fueron cometidos por la policía en operaciones denominadas ‘‘mineiras’’.
Según informes levantados por UNICEF y distintas ONGS del Reino Unido se calcula que actualmente el número de niños y niñas en situación de calle alrededor del mundo se aproxima a la alarmante cifra de entre 100 y 150 millones, el 65% son víctimas de abuso sexual, sobreviven delinquiendo, buscando comida entre la basura, trabajando en condiciones de explotación y se exponen constantemente a enfermedades, desnutrición y analfabetismo.
Sin lugar a dudas Capitanes de la arena es una obra digna de ser leída de principio a fin, una denuncia en clave de novela cuyo mensaje tocará la fibra más humana del lector y le llevará a reflexionar sobre la dramática situación que en ella se expone y que representa una de las más terribles problemáticas sociales que hasta hoy amenaza el futuro de millones de niños en el mundo entero, los interesados en leerla pueden conseguirla en nuestra colección bibliográfica general bajo la cota B869.34 A481ca e.2 o descargar la versión PDF a través de http://child-shoes.info/123621-libros-para-gratis-pdf-capitanes-de-la-arena-.php
Canción para un niño en la calle
A esta hora exactamente,
Hay un niño en la calle….
¡Hay un niño en la calle!
Es honra de los hombres proteger lo que crece,
Cuidar que no haya infancia dispersa por las calles,
Evitar que naufrague su corazón de barco,
Su increíble aventura de pan y chocolate
Poniéndole una estrella en el sitio del hambre.
De otro modo es inútil, de otro modo es absurdo
Ensayar en la tierra la alegría y el canto,
Porque de nada vale si hay un niño en la calle.
Todo lo toxico de mi país a mi me entra por la nariz
Lavo autos, limpio zapatos, huelo pega y también huelo paco
Robo billeteras pero soy buena gente soy una sonrisa sin dientes
Lluvia sin techo, uña con tierra, soy lo que sobro de la guerra
Un estomago vacío, soy un golpe en la rodilla que se cura con el frío
El mejor guía turístico del arrabal por tres pesos te paseo por la capital
No necesito visa pa volar por el redondel porque yo juego con aviones de papel
Arroz con piedra, fango con vino, y lo que me falta me lo imagino.
No debe andar el mundo con el amor descalzo
Enarbolando un diario como un ala en la mano
Trepándose a los trenes, canjeándonos la risa,
Golpeándonos el pecho con un ala cansada.
No debe andar la vida, recién nacida, a precio,
La niñez arriesgada a una estrecha ganancia
Porque entonces las manos son inútiles fardos
Y el corazón, apenas, una mala palabra.
Cuando cae la noche duermo despierto, un ojo cerrado y el otro abierto
Por si los tigres me escupen un balazo mi vida es como un circo
pero sin payaso
Voy caminando por la zanja haciendo malabares con 5 naranjas
Pidiendo plata a todos los que pueda en una bicicleta en una sola rueda
Soy oxigeno para este continente, soy lo que descuido el presidente
No te asustes si tengo mal aliento, si me ves sin camisa con las tetillas al viento
Yo soy un elemento mas del paisaje los residuos de la calle son mi camuflaje
Como algo que existe que parece de mentira, algo sin vida pero que respira
Pobre del que ha olvidado que hay un niño en la calle,
Que hay millones de niños que viven en la calle
Y multitud de niños que crecen en la calle.
Yo los veo apretando su corazón pequeño,
Mirándonos a todas con fábula en los ojos.
Un relámpago trunco les cruza la mirada,
Porque nadie protege esa vida que crece
Y el amor se ha perdido, como un niño en la calle.
Oye a esta hora exactamente hay un niño en la calle
Hay un niño en la calle.
Mercedes Sosa y Calle 13