Texto: Fabiola Cesin / Fotografía: Ronald Montaño / Prensa  IABNySB

Nuestra ciudad, es más que edificaciones hermosas, plazas, equinas que tienen historia, iglesias que resguardan nuestra religiosidad, y hasta centros comerciales, que sirven de escenario para la cotidianidad de sus habitantes; detrás de estas estructuras, existen diversas historias, que son dignas de honrar por formar parte de lo que fuimos, somos y seremos.

El martes 30 de agosto, fue llevado a cabo en la casa de Nuestra América José Martí, el conversatorio Caracas a través de la Arquitectura y la reconstrucción de la memoria. Dicha actividad es promovida por el Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y de Servicios de Biblioteca (IABNySB),dirigida por la arquitecto Maria Teresa Novoa.

Durante el conversatorio fueron exhibidas algunas fotografías de plazas, edificaciones y estructuras de la Caracas de Ayer, con el objetivo de poner en evidencia la transformación constante a la que ha sido sometida nuestra ciudad en todo el transcurrir del tiempo.

La imagen colonial de Caracas no cambió, sino hasta 1890 cuando las ideas progresistas de Antonio Guzmán Blanco dieron fruto y embellecieron la ciudad. Caracas se llenó de estatuarias conmemorativas que buscaban una exaltación de la nacionalidad a través de representaciones que pretendían honrar a los héroes de la patria, como orgullo de la nacionalidad.

En un pasado, las plazas y los monumentos eran sinónimo de la belleza apolínea, lo que otorgaba un sentido de equilibrio y orden en el trazo inteligible y estructurado, luego del surgimiento de las primeras representaciones del espíritu moderno, aparecieron las nuevas formas urbanas, entre ellas, el lenguaje dionisiaco, el cual era las trasgresiones de la forma de exaltación de lo dinámico, teniendo sus inicios en el año 1940.

El Gobierno Bolivariano, ha organizado proyectos que impulsan el empoderamiento del patrimonio cultural e histórico, con el fin de dar a conocer los lugares emblemáticos que conforman a Caracas.

De alguna manera los espacios son testimonio de las transformaciones, y como muestra de ello, son parte de la identidad y del sentido de pertenencia de todo caraqueño, que sienta admiración por la historia que lo abriga.