La Biblioteca y su Gente: De fiesta con la LIJ

6 abril, 2018

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Texto: Jufany Toledo / Fotos: Archivo Prensa IABNSB

El interés por promover la lectura de libros de literatura infantil y juvenil, LIJ, nace indiscutiblemente en las bibliotecas públicas; en las cuales existe un espacio destinado para esta población, y aún cuando niños, jóvenes y maestros persisten en acudir a las bibliotecas para solicitar libros de textos, de referencia o complementarios para hacer las tareas o cumplir un objetivo académico, la tenacidad de los trabajadores y trabajadoras bibliotecarias, especialmente aquellas encargadas de las salas de lectura infantil y juvenil, logra que los niños no salgan del recinto bibliotecario sin escuchar un cuento, una poesía o una adivinanza, con la finalidad de contribuir en la formación de lectores literarios.

En ese mismo orden de ideas, el Instituto Autónomo Biblioteca Nacional, inauguró en su sede la sala de lectura para niños y jóvenes “Mamá Rosa”, convirtiéndose así en una de las pocas Bibliotecas Nacionales del mundo, en contar con un espacio destinado a promover la lectura literaria y la escritura creativa, desde temprana edad.

Al conmemorarse 213 años del natalicio de Hans Christian Andersen (02 de abril de 1805 / 4 de agosto de 1875) poeta y escritor danés, pionero en la producción de literatura infantil y juvenil; y por ser el mes dedicado al libro y la lectura, la red nacional de bibliotecas públicas tiene previsto llevar a cabo una programación denominada “Andersen, siglos de historia”, donde a través de los grandes clásicos de la LIJ escritos por Andersen, se realizarán una serie de actividades de promoción y animación de la lectura y la escritura.

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Además de formar lectores competentes, el reto es contagiar a docentes y estudiantes con el placer de la lectura de libros literarios, recreativos o de ficción. Que entiendan la función comunicativa y la dimensión social y estética del lenguaje, la cual se adquiere a través de la lectura literaria. En los tiempos de Andersen, se privilegiaban los temas moralizantes, y muchos de sus relatos finalizaban con ejemplarizantes castigos a los malvados, o a quienes incumplían con las normas y buenas costumbres de la época; la lectura tenía pues un enfoque utilitario y educativo, y se solía calificar a un libro como bueno o malo, de acuerdo con la cantidad de valores universales que era capaz de transmitir.

En la actualidad, la promoción de la lectura se centra más en la formación de lectores autónomos que puedan decidir, sin coerción alguna, el libro o autor de su preferencia; que vean a las bibliotecas públicas como espacios para el disfrute y el goce estético de la lectura, más allá del cumplimiento de los deberes escolares; y cooperar con el docente en la planificación de sus proyectos, desde las teorías literarias, a fin de que a través de la hermosa oferta de libros bellamente ilustrados y los distintos géneros literarios, descubran que enseñar a leer y a escribir a través de la LIJ, se puede convertir en una verdadera fiesta.

 

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