Sheridan Le fanu: Familiarmente aterrador
26 julio, 2018
“El príncipe invisible” tuvo en su propia vida una oscura fuente de inspiración
Texto: Renny Marrero/ Foto: Adianez Gutierrez/ Prensa IABNSB
“Cuando te cuente la historia de mi vida, estoy seguro de que será como si te leyera una novela de horror… ”
El aullido de unos perros en plena madrugada, el chirrido de una puerta que se abre sola, la presencia en nuestra ventana de una sombra escurridiza sin cuerpo alguno que la proyecte, unos pasos que se acercan lentamente a nuestra cama produciéndonos un estremecedor escalofrío…
Todo ello puede causarnos terror y helar nuestra sangre, pero hay un tipo de miedo que parte de hechos reales, de algo tan atroz que una vez ocurrido deja en este plano y en nosotros mismos una estela evanescente pero presencial, el rastro impreciso de lo que podemos sentir aunque no esté aquí del todo… Esto bien lo sabía Joseph Thomas Sheridan Le Fanu, escritor irlandés cuyo nombre destaca entre los padres de la literatura de horror, hoy queremos compartir un poco de la vida y obra de este fabricante de miedos.
Maldito, heterodoxo y alucinado
Sheridan Le Fanu nació el 28 de agosto de 1814 en Dublín en el seno de una familia hugonote, doctrina política y religiosa calvinista de la que al parecer no tomó para si mismo mayores referencias, poco se conoce de su espiritualidad y religiosidad, algunos aventuran teorías según las cuales pudo ser practicante de alguna rama del satanismo u ocultismo, estudió derecho, pero abandonó esa carrera e incursionó en el periodismo este fue su puerta de entrada al mundo de las letras, trabajó en varios periódicos de su ciudad en los que publicó buena parte de sus fantasmales cuentos por entrega, fue también compilador de baladas y leyendas irlandesas, incursionó además en la novela histórica publicando "Guy Deverell" (1865) pero fue a los relatos góticos a los que dedicó sus noches de monstruosa inspiración. e extraños entes que les llevan a la locura y al suicidio, el autor no duda en calificar a dichos seres como demonios, en estos dos cuentos en particular el ocultismo está presente como materia de estudio prohibido y consecuente causa de maldición, la referencia al “Arcana Coelestia”de Emanuel Swedenborg (libro real y considerado contenedor de secretos angelicales e infernales) es constante y refiere inquietantes detalles sobre la presencia e influencia de estas entidades en la vida del ser humano.
Aunque en ambos casos la psicosis y paranoia del reverendo Jennings y el capitán Barton puedan ser vistas como la causa de alusiones que evidencias trastornos mentales Le Fanu deja en el lector la inquietud sobre hasta que punto pueda tratarse solo de autosugestión. No podemos pasar por alto que las pesadillas y episodios de insomnio fueron la inspiración de Le Fanu para estos relatos en los que expresó parte de sus creencias metafísicas, así pues le oiremos asegurarnos a través de sus atribulados personajes: “Hay un Dios temible y su castigo le sigue a la falta, hay un mundo de espíritus, un mundo maléfico del cual he conocido los tormentos del condenado, la delectación del infierno es hacer mal al hombre y apresurar su ruina eterna… ¡Si, señor, yo conozco las llamas y las furias del infierno!” y como suplicante corolario una frase en que resumía su tormento “¡Dios se apiade de mi alma!”.
Al parecer de niño Le Fanu presenció algún evento paranormal que le marcó de por vida y que reflejó en el más famoso de sus cuentos “El misterioso tío Silas”(1864), en esa narración calcó además los maltratos recibidos por parte de una institutriz suiza quien le inspiraría a crear uno de sus más oscuros personajes: Madame de la Rugierre, misteriosa mujer que encontraremos susurrando palabras ininteligibles asomada a una ventana iluminada por la luz de la luna llena. No se sabe con certeza cual fue ese evento sobrenatural y cuales los maltratos sufridos en su infancia, lo cierto es que fueron materia prima de los terrores mentales y físicos descritos en el más celebrado de sus relatos en los que se lee entre líneas una oscura y silenciosa culpa que al parecer atenazaba a este enigmático autor quien también se reflejó en Míster Austin Ruthym, personaje principal de “El misterioso tío Silas” a quien dotó no solo de su propia condición de viudo sino de sus facciones físicas y de la cardiopatía congénita que siempre padeció.
El Misántropo ilustrado
Otro aspecto que llama la atención sobre la compleja personalidad de Sheridan lo representa su marcada misantropía, durante su juventud fue un solitario empedernido, debido a ello los vecinos de la ciudad le llamaban “El príncipe invisible ”quizás la causa de su aislamiento fuese la prematura muerte de la que fue su única esposa.
Le Fanu vivió y murió en Dublín, ciudad de la que se ausentó en contadas ocasiones, no recibía ni hacía visitas, (de hecho las detestaba) podríamos definirlo como un misántropo ilustrado que se dedicaba únicamente a escribir enclaustrado en su casa de la que salía solo para visitar librerías y bibliotecas en los que solía buscar libros de ocultismo, tema del cual fue gran conocedor como lo demuestran varios de sus relatos especialmente “Carmilla” (1872) cuento de vampirismo incluido en su colección de cuentos “Las criaturas del espejo” historia que marcó pauta en la literatura dedicada a dichos seres y en la que caracterizó el prototipo de la femme fatale, con Carmilla Le Fanu influyó poderosamente en Bram Stoker quien 25 años después se daría a conocer al mundo como creador de Drácula.
En sus relatos no siempre triunfa el bien, tampoco ofrece explicaciones sencillas a los fenómenos paranormales que estos exponen, dicho sea de paso aunque hace uso reiterado de fantasmas, demonios y apariciones de ultratumba sus cuentos incursionan también en el suspenso psicológico recreando atmósferas opresivas, deprimentes e incómodas para el lector, se trata pues de elegantes pesadillas hiladas con la inteligencia y fina pluma de un genio que logra mantener el interés en cada página ya que sus historias no se detienen en lo sobre natural sino que dan paso a otras atrocidades y angustias más terrenales pero igualmente aterradoras como amores perdidos debido a trágicos sucesos, pesadillas sensuales y enterramientos prematuros que describe en La habitación de el Dragón Volador (1872).
Entre sus cuentos más conocidos considerados clásicos de la escena gótica destacan: Un capítulo en la historia de la familia Tyrone (1839), La casa junto al cementerio(1863), La mano de Wylder (1864), Vidas encantadas,La rosa y la llave (1871), En un vidrio misterioso(1872) y la colección de cuentos El vigilante y otras historias macabras(1894) publicada póstumamente.
Un príncipe desterrado de su reino
Lamentablemente otros nombres (también merecedores de elogio) han opacado el de Sheridan Le Fanu y ocupado el sitial de honor que por derecho le corresponde, no es pues un autor tan comercializado y reconocido como Bram Stoker, Edgard Allan Poe o H.P. Lovecraft, hay quienes erróneamente atribuyen el canon de pioneros del horror a los antes nombrados sin saber que Le Fanu no solo les precedió sino que los inspiró aunque luego la fama alcanzada por estos eclipsaran el nombre de su patriarca. Sin embargo algunos existen algunos loables intentos por reivindicarlo y sacarlo del olvido entre ellos tres experiencias fílmicas de adaptación de sus obras a la gran pantalla: Vampyr (1932) dirigida por Carl Theoddor Dreyer basada en el cuento En un vidrio misterioso, Tío Silas (1947) del director argentino Carlos Schlieper inspirada en El misterioso tío Silas y una versión bastante aceptable de El misterio de Wyvern (2000) dirigida por Alex Pillai. Más allá de esta breve filmografía su obra no ha sido muy difundida mediáticamente.
Sheridan Le Fanu atravesó la bruma que separa el mundo de los espíritus de este que conocemos el 7 de febrero de 1873 a la edad de 59 años debido a la enfermedad cardíaca que padecía,quién sabe que consiguió más allá del velo; lo cierto es que hoy su obra es considerada como una de las cimas indiscutibles de la literatura terrorífica de todos los tiempos, sus cuentos como ya hemos explicado no son popularmente conocidos sino en los círculos más cerrados de los aficionados a la literatura gótica, quizás así lo quiso el destino y sus relatos estén destinados a ojos profanos sino a ser preciadas y oscuras gemas admiradas solo por los verdaderos amantes del terror, dignos vasallos y herederos del legado de este Príncipe invisible, en todo caso invitamos a quienes deseen iniciarse en los senderos del horror y las pesadillas a conocerlos.
Por cierto, el lugar y la hora más propicia para leerlos es la cama, un poco después de la media noche…
¡Hasta el próximo escalofrío!