Detalles de las dinastías y genealogías chinas se revelaron en la Biblioteca Nacional

20 septiembre, 2018

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En el marco de la semana China, el director de la sección cultural de la embajada de la República Popular China en Venezuela, señor  Huang Kangyi ofreció la conferencia “La cultura del árbol genealógico de los chinos”

Texto: Jufany Toledo / Fotos: Adianez Gutiérrez / Prensa IABNSB

En toda una clase magistral, se convirtió la conferencia que sobre cultura genealógica China, ofreció el agregado cultural de la embajada de la República Popular China en la República Bolivariana de Venezuela, señor Huang Kangyi, en la sala Hugo Chávez del Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y de Servicios de Bibliotecas, en el Complejo Cultural Foro Libertador.

La actividad realizada este miércoles 19 de septiembre, forma parte de la programación organizada conjuntamente por los ministerios del Poder Popular para la Cultura y las Relaciones Exteriores, la embajada de China y la Biblioteca Nacional, para conmemorar el 69° aniversario del Día Nacional de la República Popular China, y en el marco de su semana cultural.

Apoyado con láminas e infografías, a objeto de esclarecer detalles que nos resultan ajenos en la cultura occidental, el señor Huang inició su presentación explicando la importancia que reviste para los chinos, colocarle el nombre a un recién nacido, para lo cual se requiere consultar el libro de registro de su genealogía, entre otras razones, para no repetir ningún nombre de sus antepasados, a fin de evitar confusiones que pudiesen acarrear un problema moral.

Los nombres de los chinos se inician con el apellido paterno, sigue el nombre generacional y por último el nombre individual, que es el que no debe repetirse nunca. El nombre generacional surge del poema generacional, escrito por los más sabios de la familia, el cual contiene palabras de virtud, salud, prosperidad, esperanza, recuerdos y alabanzas a los antepasados. Por tratarse de un patriarcado, el nombre de las mujeres no cuenta, y al casarse pierden su nombre y adoptan el de la familia del esposo, pasando a formar parte de esa nueva familia.

Al momento de colocarle el nombre individual al niño, entre otros recursos, los padres pueden consultar a personas sabias y conocedoras del linaje o la estirpe familiar, capaces de seleccionar un nombre personal con significado positivo y enaltecedor, para que tengan buena vida y buena fortuna. A los varones se les buscan nombres asociados a la fuerza, la valentía y el honor; mientras que a las mujeres se les colocan nombres que denoten su feminidad, belleza, claridad, pureza, tesoro… Como flores o piedras preciosas. Los nombres de pila muestran más diversidad que los apellidos, y la gente del campo suele usar nombres que caractericen o reflejen la vida campesina.

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El expositor explicó que, en China existen tres tipos de historia o registros: (I) la historia de Estado u oficial, registrada por el gobierno nacional; (II)  la historia regional, que se lleva a cabo en las provincias, municipios y cantones, que es más amplia que la nacional, ya que a través de ella se lleva un registro informativo y descriptivo de cada persona y de la familia, su historia y su presente; y por último (III) la historia familiar o árbol genealógico, en la cual puso un mayor énfasis, por ser una de las principales herencias de cada familia, durante muchas generaciones.

El libro o registro de la historia familiar, se suele guardar en una caja de madera elaborada con ese único fin, dañarlas o destinarlas a otro uso, puede constituir una ofensa para la familia, y quien lo haga podría resultar severamente castigado. Estas cajas se guardan en nichos ancestrales o en bibliotecas. El registro tiene ya 3 mil años de historia, y en la biblioteca de Shanghai se resguardan más de 90 mil tomos, que forman parte del patrimonio cultural de esa nación, y se convierten en pistas para investigar el desarrollo de la civilización social, la reproducción familiar, la migración e integración de nacionalidades.

Luego de realizar un breve paseo por las distintas culturas y dinastías, entre los siglos X A.C. y VII D.C. el señor Huang resaltó la utilidad e importancia que para cada una de ellas, tenía el registro genealógico o historia familiar; así como también su contenido, que en la mayoría de los casos poseía el 90% de la información de todos los varones de la familia: nombre, fecha de nacimiento y muerte, ubicación de la tumba, registro de ubicación ancestral, cementerio, textos de las lápidas, epitafios, compra del terreno, datos de los esposos, de los hijos y de las familias con las cuales se han casado las hijas, y el lugar dónde viven, entre otros.

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En dichos libros, también se incluían los logros políticos y económicos de los antepasados, reglamentos familiares, instrucciones y palabras de amonestación familiar para poner orden; sin embargo, sólo se registraban cosas buenas, los hechos vergonzosos nunca quedaban registrados, solo se conocían por vía oral, tal vez para no pasar vergüenza o para no dar malos ejemplos a las nuevas generaciones. En épocas contemporáneas, el registro de la genealogía puede evitar el desorden en las relaciones familiares y mantener la unión familiar.

Para finalizar, Huang Kangyi, sin ocultar la nostalgia por su pueblo y sus ancestros, afirmó que su sueño es regresar y aprenderse su poema generacional, para poder rendirle culto a sus antepasados, a su familia, para no olvidar sus raices. “No importa dónde estén, mientras lleven mi mismo apellido y el mismo nombre generacional, y sepan recitar el verso generacional, son mi familia”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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