En la Biblioteca Nacional se conmemoran las apariciones Marianas de septiembre

11 septiembre, 2019

                          

La colección de Orientación y Referencia ofrece al público algunos títulos que dan cuenta de la devoción que el pueblo venezolano siente por la Virgen María

Texto y fotos: Jufany Toledo / Prensa IABNSB

María, la madre de Jesucristo, forma parte de los grandes misterios de fe que la Iglesia Católica ha mantenido por años. Y es que María, conocida como la elegida por Dios para que su hijo encarnara y se hiciera un hombre, “igual a todos, menos en la ausencia de pecados”, ha sido un personaje controversial que separa a los Católicos de otras religiones o sectas cristianas, quienes la ven simplemente como una buena mujer que prestó su vientre y cuidó a Jesús durante su infancia.

Por su parte, el pueblo Cristiano-Católico venera a María como virgen y reina, madre de Jesús y la mejor intercesora que cualquier persona puede tener ante Dios. En el corazón de cada católico, existe un lugar especial para María y puede llegar a sentir cierta preferencia especial, por una advocación determinada. Con distintos nombres, rasgos disímiles y diversas maneras de celebrarla, el amor maternal que María suscita entre sus hijos es inconmensurable.

El nacimiento de María es precisamente uno de esos misterios. De acuerdo con el Calendario Romano se celebra el 8 de septiembre, un episodio que ha sido recreado por grandes artistas, pero del cual poco se sabe a ciencia cierta; ya que las Sagradas Escrituras no ofrecen referencias al respecto. De hecho, no se conoce el año, ni el lugar preciso donde nació la hija de San Joaquín y Santa Ana, algunos dicen que fue en Belén y otros afirman que en Nazareth.

                           

Muy pocas son las referencias que sobre María aparecen en la Biblia, es a través del Evangelio de Lucas donde empezamos a conocerla, gracias a episodios como “La Anunciación” (Lc. 1, 26-38); “La visita a su prima Isabel” (Lc. 1, 39-45); “El nacimiento y la presentación de Jesús en el templo” (Lc. 2, 1 y 3); sin embargo, y a pesar de su silencio y los misterios que rodean su vida, los Católicos la han hecho suya.

Cualquier Católico puede describir a la Virgen María, en atención a sus obras, como una mujer obediente, prudente, silenciosa, solidaria, dispuesta siempre a servir y a interceder ante Dios por cualquiera de sus hijos, tal y como lo demostró en “Las bodas de Caná”, donde se había agotado el vino e intercedió ante su hijo, para que este obrara con su primer milagro, que fue convertir el agua en vino.

De acuerdo con estudios realizados, más del 70% de la población venezolana se confiesa Católica. Por ello, es común entrar a cualquier hogar y encontrar en él, al menos una imagen de la Virgen María, madre de la Iglesia Católica, bajo cualquiera de sus distintas advocaciones; y aunque muchas de ellas las hemos recibido como parte del mestizaje, la inmigración y el enriquecedor cruce de culturas que conviven en Venezuela; también en nuestro país se han dado importantes apariciones de María, que han sido refrendadas por la Iglesia, en su momento.

Nada más durante septiembre, contamos con tres de las más importantes que se celebran en nuestro país, tales como: La Virgen de Coromoto, La Virgen del Valle y La Virgen de la Merced; en honor a ellas, la colección de Orientación y Referencia del Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y de Servicios de Bibliotecas, IABNSB, ha colocado una pequeña muestra de los libros que sobre el tema, existen en dicha colección.

                        

Entre ellos destacan: “Enciclopedia de la Virgen”, de José A. Martínez Puche, Ignacio H. de la Mota y otros; Nuevo Diccionario de Mariología”, dirigido por Stefano de Fiores y Salvatore Meo; “Catalogo Chiquinquireño”, compilado por Rutilio Ortega y otros; así como también, diversos Diccionarios Teológicos, Santorales y Catecismos de la Iglesia Católica y Sagradas Biblias Católicas.

Dicha exposición se acompaña con textos explicativos, dedicados a las advocaciones marianas, que durante este mes se celebran en Venezuela, encabezadas por Nuestra Señora de Coromoto, que en 1942 fue declarada por el Episcopado Nacional Patrona de Venezuela y el 10 de febrero de 1996, el papa Juan Pablo II, inauguró en Guanare el Santuario Nacional, en el lugar donde hiciera su segunda aparición al indio Coromoto, de la tribu “Los Cospes”, el 8 de septiembre de 1652; y que en el año 2007 fue elevado a Basílica Menor, por parte de Benedicto XVI.

                           

Trescientos años después, nuestra Patrona fue coronada por el Cardenal Manuel Arteaga, el 11 de septiembre de 1952, a objeto de que su festividad no coincidiera con el nacimiento de María y la aparición de la Virgen del Valle. A partir de entonces, las diferentes diócesis de Venezuela, celebran el 11 de septiembre la solemnidad de María de Coromoto. Cada Parroquia Eclesiástica lo conmemora en su Misa principal y comunitaria; y la gran mayoría, al finalizar la Eucaristía, saca en procesión a su reina y madre, al compás de su himno. 

La Virgen María, bajo la advocación de Coromoto, es venerada de manera especial en el estado Portuguesa; sin embargo, desde 2011 es también la Patrona principal de la Arquidiocésis de Caracas.

Otra advocación por la que el pueblo venezolano siente un profundo afecto, es la Virgen del Valle, patrona del oriente del país, con especial énfasis en la Isla de Margarita, lugar escogido por la propia Virgen para que se iniciara su devoción, adoptando el nombre del lugar donde le construyeron su ermita, en El Valle del Espíritu Santo, donde sus pobladores han optado por llamarla cariñosamente “Vallita”.

                    

Cada 8 de septiembre, personas de todas las edades de diversos lugares del país,  llegan hasta su santuario a rendirle honores y a pagar las promesas por los milagros y favores concedidos. La Virgen del Valle se ha convertido en una devoción muy significativa y milagrosa, especialmente para las regiones costeras y los pescadores, quienes realizan su respectiva procesión por el mar, con la imagen de “Vallita” montada en los peñeros.

De manera que esa imagen traída desde Europa en el siglo XVI, considerada una pionera en las advocaciones marianas de Venezuela, ha devenido en una santa margariteña amada por propios y extraños, que con inmensa fe, pueden ver en ella a una madre bondadosa que atiende las peticiones de sus hijos e intercede por ellos ante Dios.

A pocas cuadras de la Biblioteca Nacional, se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora de Las Mercedes; presidida por una gran imagen de esta advocación mariana que se venera cada 24 de septiembre, al ser considerada la reina de los cultivos y de los cautivos. El culto a la Virgen de las Mercedes data de 1625, cuando llegó a Caracas, procedente de España, salvando milagrosamente unos cultivos de cacao. Años más tarde, el obispo Mariano Martí se la lleva a Barlovento, estado Miranda, con la finalidad de que protegiera las cosechas de esa región.

                      

En su honor, se funda la población de Río Chico de Las Mercedes, el 24 de septiembre de 1791, convirtiéndose en la madre amada de los barloventeños, cuyas fiestas patronales pueden celebrarse por varias semanas, a objeto de agradecerle la liberación de la esclavitud y la protección de sus siembras. Igualmente, su imagen es frecuentemente invocada en las cárceles, donde los privados de libertad le solicitan libertad, justicia y misericordia.

Quienes deseen profundizar en las advocaciones marianas, pueden también dirigirse a la colección Bibliográfica General de la Biblioteca Nacional, donde encontrarán importantes títulos, tales como: “La maravillosa historia de Ntra. Sra. de Coromoto de Guanare, Venezuela” y “Un gran Santuario Mariano de Venezuela, la Virgen del Valle de Margarita”, ambos por el Hno. Nectario María; “La Santísima Virgen y Venezuela”, de Pedro Pablo Barnola; y “Antología de la Virgen del Valle”, de Efraín Subero, entre otros.

                     

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