Abril en 3 tiempos

13 abril, 2022

Los inéditos sucesos de aquel 11, 12, 13 y 14 de abril de 2002 nos llevan a reflexionar sobre muchos puntos de inflexión en la historia moderna contemporánea no solo de Venezuela sino de América Latina y el mundo, el cual cambió desde aquel, “Por ahora” del 4 de febrero de 1992 y la amplia visión que nos dejó de la importancia de cambiar el sistema y apostar por la multipolaridad aquel joven militar se Sabaneta. 

Texto: Jeidelberg Torres / Prensa IABNSB 

Tan solo 20 años han transcurrido desde aquel abril de 2002, en el que el pueblo venezolano fue víctima de la tiranía oprobiosa y de la más rancia oligarquía apátrida, pero que resistió con coraje, valentía y gallardía, levantándose como el ave fénix de entre las cenizas, sobrevolando más alto que la tempestad, para retomar el rumbo y fijar el objetivo planteado por el Comandante Chávez.

Aunque han pasado los años aún se pueden ver las profundas heridas que dejo aquella nefasta acción apátrida, que usara al pueblo como carne de cañón para conseguir sus intereses de ambición y poder, al costo que fuera. Una vez más se equivocaron pues se toparon con él indómito gentilicio de la ciudad Capital, haciéndole honor a la letra de nuestro himno nacional, “seguir el ejemplo que Caracas dio”. 

Es así que en menos de 48 horas el pueblo caraqueño se movilizó e hizo hasta lo imposible para dar a conocer lo que realmente estaba ocurriendo y que los medios de comunicación privados no daban a conocer. 

Tal vez, por casualidad o por pura coincidencia, el centro de poder históricamente se ha aglutinado en la principal urbe del país, desde la época de la gesta independentista, entre conspiraciones y rebeliones, Caracas siempre ha estado presente en los acontecimientos más relevantes de la vida política nacional y en esta ocasión no sería diferente.

11 de abril:

Aquel 11 de abril, inició como un día normal en la convulsionada Caracas, subversiva e irreductible, mientras en el oeste, la gente tomaba su camionetica para salir al trabajo, llevar a los niños a la escuela o dirigirse al centro para efectuar algún trámite o diligencia; en las urbanizaciones del este, sus habitantes hacían exactamente lo mismo. Pero con la salvedad de trabajadores y trabajadoras de la industria petrolera, PDVSA, quienes se dispondrían a concentrarse a las afueras de la sede de la empresa ubicada en la urbanización de Chuao para “manifestar pacíficamente” en contra de una medida dictada por el primer mandatario nacional Hugo Chávez.

Días previos y ante la negativa de la directiva vigente de la estatal petrolera, de acatar las medidas en materia de reordenamiento de la principal industria del país Chávez, destituyó públicamente a siete altos funcionarios de la nómina mayor de PDVSA en cadena nacional de radio y televisión y designó una nueva junta directiva a cargo del economista de izquierda Gastón Parra Luzardo.

De la meritocracia a la masacre

La meritocracia de PDVSA tras el nombramiento de la nueva directiva dirigida por Luzardo en reemplazo del General Guaicaipuro Lameda, presente en una concentración "pacífica" a las afueras de PDVSA Chuao, arengaban su derecho a ser ellos quienes administraran y controlaran la petrolera pues según expresaban se habían formado y capacitado para ocupar esa función y solo ellos podían hacerlo. Durante el transcurso de aquella mañana se fueron sumando ciudadanos que no simpatizaban con el gobierno de Hugo Chávez y que se auto denominaron "Sociedad civil", quienes junto a una dirigencia política adversa al chavismo calentaban los ánimos de los allí presentes, pues los políticos detractores de Chávez tenían un plan con un guion dictado desde el propio Departamento de Estado, de los Estados Unidos.

La Casa Blanca de EEUU estaba detrás de la junta directiva de la meritocracia de PDVSA, y su salida ponía en riesgo el suministro petrolero a bajos costos del principal consumidor de hidrocarburos del hemisferio, ya que ante los eventos bélicos que se desarrollaban en el Medio Oriente, y tras una reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Venezuela, como quinto productor mundial de petróleo para aquel momento, estaba llamada a estabilizar los precios y la producción, pero las prácticas de aquella directiva no le permitían a Chávez conocer los procesos internos a lo que el mandatario se refería como una “Caja Negra” a la que no se podía acceder a la información en ella contenida.

A eso de las once de la mañana del día 11 se inicio aquella marcha, sin retorno para muchos, ya que no sabían que estaban siendo llevados como borregos al matadero pues aquella convocatoria era la excusa que necesitaban los perros falderos del imperialismo, para dar inicio a su plan macabro que terminaría enlutando a miles de familias venezolanas sin distingo de estatus social. los conspiradores harían hasta lo imposible por llevar la marcha hasta el propio Palacio de Miraflores, el cual desde que Chávez fue electo presidente y tras las acertadas políticas de inclusión social que habría brindado desde sus inicios en el poder habría, está rodeado de pueblo en defensa de su derecho a ser reivindicado y tomado en cuenta como no lo había hecho gobierno alguno en la historia.

Ese día, el enfrentamiento entre un mismo pueblo era inminente, la idea no era una revuelta cualquiera, todo estaba fríamente planeado y necesitaban mediáticamente neutralizar a Chávez, y orquestando una masacre avanzaron hacia Miraflores sin encontrar mayor resistencia por parte de los órganos de seguridad de Estado que también estaban alineados con los planes de desestabilizar el poder político en el país.

Iniciada la marcha encabezada por el entonces General Lameda y el vicealmirante Molina Tamayo la cual tendría como recorrido desde la sede de PDVSA Chuao hasta Parque del Este, como un signo de desacuerdo fue desarrollándose hasta el punto en donde los políticos que dirigían la movilización dieron las directrices de proponer como destino final el Palacio de Miraflores. La marcha, liderada por estos dos altos mandos de la Fuerza Armada Nacional de entonces, iniciaron su rumbo hacia el centro y con ello las tensiones se comienzan a evidenciar pues el palacio de gobierno se encontraba rodeado de pueblo que defendían el derecho a su reivindicación histórica y era evidente el enfrentamiento entre las dos concentraciones. 

Por su parte, voceros del gobierno alertaron por medios de comunicación que el palacio estaba rodeado de seguidores del chavismo, y que solo quienes encabezaban la marcha proveniente de Chuao, serían los responsables por cambiar inesperadamente el destino de la movilización, hicieron el llamado de no enfrentar a las marchas, que debían quedarse en el este de la ciudad, con la advertencia de informarles que el centro estaba tomado por el pueblo chavista, pero hicieron caso omiso pues el plan ya había sido puesto en marcha.

Mientras todo esto ocurría, ya en el centro estaban apostados los asesinos que fueron contratados para matar al pueblo pues los otros portaban uniformes de las fuerzas del orden público; sí, fueron los mismos policías Metropolitanos quienes por 30 monedas al mejor estilo de judas vendieron no solo su dignidad, sino que con ello el respeto al uniforme y en contra de su juramentó de proteger a la ciudadanía, dispararon a sangre fría a miles de manifestantes desarmados con premeditación; usaron las fuerzas del orden público para masacrar los sueños de quienes cayeron aquel día; francotiradores apostados en algunos edificios disparaban contra las dos marchas para simular un enfrentamiento y los organismos internacionales actuaran y condenaran a Chávez por crímenes de lesa humanidad. 

12 de abril:

Todos los sucesos del once parecían no acabar, los medios de comunicación repetían una y otra vez como si se tratara de un documental de la vida silvestre las escenas de los caídos por disparos de francotiradores, las sangrientas imágenes de aquella masacre eran repetidas una y otra vez, como para que nunca jamás se borraran de la conciencia del pueblo, pero todo era parte de la manipulación mediática. 

Los medios de comunicación tenían un papel fundamental en todo aquello, quedó evidenciado cuando en medio de la masacre que se desatara el once, y el primer mandatario solicitase la cadena nacional de radio y televisión, para dirigirse al país y de alguna manera salvaguardar la integridad de las familias de los ciudadanos, las televisoras tuvieron la osadía de partir en dos las imágenes transmitidas en aquel momento para comprobar que ellos tenían el poder de los medios y la capacidad de desafiar al Estado y transmitir los que se les diera la gana, violando todo principio ético o moral, como un gran hipnotizador funcionaron durante esas fatídicas horas, pero todo apenas comenzaba.

Del silencio mediático a la ruptura del hilo constitucional

La misma madrugada del 12 comienza el movimiento militar alineado a las órdenes del mismo pentágono norteamericano para derrocar mediáticamente a un gobierno legítimamente constituido y electo por un pueblo, a presionar para que Chávez renunciara al cargo y podérselo llevar preso por el delito de haber sido electo presidente.

Pero no es hasta pasado mediodía del 12 que sale la auto proclamación del “breve” Pedro Carmona Estanga, quien además de ser el representante del poder económico congregado en Fedecamaras, anuncia en medios su asunción del poder; para el día 13 anunciaba con bombos y platillos su toma del poder político del país.

Tras auto juramentarse y de haber pronunciado un discurso, en donde destituye todos los poderes legítimamente constituidos, vaticina lo que sería la base de su mandato.

1.    Destitución de los diputados y disuelve el parlamento.
2.    Cambio de nombre de República Bolivariana de Venezuela a República de Venezuela.
3.    Se designa facultades para destituir a los gobernadores, alcaldes, diputados regionales y concejales.
4.    Remoción a los magistrados del máximo tribunal, al fiscal general, al contralor, al defensor del pueblo y a los miembros del CNE.
5.    Anulo los 48 decretos – leyes aprobadas mediante la ley habilitante.
6.    La convocatoria a elecciones sería en el periodo de un año.

Ya transcurridas algunas horas, comienzan con el reordenamiento del poder político en donde participaron hasta los altos representantes de la iglesia católica, así como militares de altos rangos, pero quienes ocuparían los principales cargos dentro del nuevo Estado serían los grandes empresarios de medios de comunicación, al igual que algunos banqueros que habrían invertido grandes sumas de dinero para ejecutar tan macabra operación.

Pero otra vez se olvidaron del pueblo y fue ese pueblo que ante la visión inquisidora que estaba en puertas de un régimen dictatorial anti democrático y elitescos, logra romper con el cerco mediático impuesto por los cuatro jinetes del Apocalipsis, es decir, los cuatro medios de comunicación con mayor poder de alcance nacional y hacerse eco de algunas corresponsalías internacionales con ética que ayudan a decir al mundo lo que en realidad estaba ocurriendo.

No era otra cosa que un golpe de Estado, o en términos jurídicos la ruptura del hilo constitucional, establecido en la recién redactada constitución de 1999, que otorga un rol fundamental al pueblo venezolano; al ser una carta magna donde su fundamento otorga participación y protagonismo directo de la toma de decisiones al pueblo como máximo garante del fiel cumplimiento de las leyes. Es así como todo conlleva al 13 y como todo 11 tiene un 13 aquí no termina todo.

13 de abril:

Ya el día 13 el pueblo enardecido sello la alianza inédita que le otorgaría a la Revolución Bolivariana el carácter de irreversible, pues se juntan para combatir al enemigo común dos grandes fuerzas que aglutinaban el poder de decisión de lo que pasaría en los próximos años, ese día se sella la unión cívico militar patriota, que recupera el hilo constitucional sin disparar un solo tiro

Corriendo como ratas en un barco que se hunde, la oligarquía apátrida huyen ante la presión de un pueblo enardecido, dejando de lado sus aspiraciones de ansías de poder, pues sabían que no la pasarían bien si eran enjuiciados por un pueblo frenético y sediento de justicia, por la desigualdad social propiciada por sus aires de realeza.

Es así como todo esto comienza a tomar otro rumbo gracias a la valentía de un pueblo que no se rindió ante las pretensiones de un sector con poder económico pero que venían a asaltar el poder político que el pueblo apenas había conseguido en el año 98 con Hugo Chávez al frente

Todo 11 tiene un 13

Tras 20 años de tristes y amargos recuerdos por los caídos o las víctimas que nunca volvieron a ser los mismos, pues sus vidas cambiaron para siempre, bien sea por la ausencia del que partió en esos días de violencia o por el amargo recuerdo de llevar en su cuerpo una cicatriz que pudo costarle la vida.

Al noble pueblo valiente venezolano le ha tocado sortear duras dificultades desde la siembra y partida física del líder y Comandante Eterno Hugo Chávez, como lo es la oprobiosa orden ejecutiva del gobierno gringo, que osa calificar como amenaza inusual para Estados Unidos a Venezuela, las medidas unilaterales y coercitivas impuestas desde Washington hasta enfrentar la cruel y sangrienta guerra económica que ha impedido que los recursos lleguen a donde deben llegar y que la senda de bienestar que brinde la mayor suma de felicidad posible se ha visto interrumpida.

Este pueblo continúa en pie de lucha, de batalla en batalla y de victoria en victoria, venciendo las adversidades como el pueblo guerrero que es, heredero de nuestros independentistas. Es por eso que hoy, a 20 años del 11,12,13 de abril, sigue retumbando en las calles de Venezuela aquel grito de lucha que emana no solo la rebeldía de un pueblo indómito sino que va cargada de una solidaridad auténtica irreductible e inquebrantable ante la necesidad de defender desde cualquier rincón la libertad y soberanía, que otorgaran los libertadores a estas tierras para la gracia de sus moradores y sus futuras generaciones. Aunque no esté físicamente, Chávez es el pueblo, y aún  ¡Chávez Vive, Carajo!

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