Casa Nuestra América celebró el 247 aniversario del natalicio de Simón Rodríguez
5 diciembre, 2016
Texto: Renny Marrero / Fotografía: Jhon Loiz / Prensa IABNySB
“Enseñen, y tendrán quien sepa; eduquen, y tendrán quien haga”
Simón Rodríguez
Este viernes 25 de noviembre la Casa de Nuestra América José Martí, se realizó un homenaje especial al maestro Simón Rodríguez, de cuyo nacimiento se cumplieron 247 años el 28 de octubre, motivo por el cual Casa Martí junto a la Casa de la Cultura Caribeña y Ruta Cultural Bolivariana Martíana Latinoamericana, aunaron esfuerzos para llevar a cabo el emotivo encuentro que contó con una parte histórico pedagógica y una gala artístico cultural.
La jornada pedagógica, inició con la participación de la profesora e historiadora Aleyda Revilla, quien disertó sobre la vigencia del ideario libertario y pedagógico de Simón Rodríguez, y su gran aporte a la labor educadora desde una perspectiva liberadora, la historiadora recordó al público parte de la conmovedora historia de Simón Narciso de Jesús Carreño Rodríguez, quien fue hijo expósito, es decir, que fue abandonado por sus padres de recién nacido y criado en un hospicio, tuvo por padre a un clérigo nombrado Carreño, cuyo apellido llevó don Simón por algún tiempo; pero que cambió después por el de Rodríguez, además no fue hijo único; tuvo un hermano, llamado Cayetano, que de afición llegó a ser el mejor músico de Venezuela.
»Se debe divulgar la grandeza de este gran maestro universal», manifestó Revilla cuya tesis de grado en la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez, dio como resultado el libro de su autoría intitulado »El legado pedagógico de Simón Rodríguez», lo que le permitió seguir profundizando en el estudio sobre la vida de este grande de la educación emancipadora, quien tuvo que enfrentarse a los prejuicios de la sociedad de su época por ser expósito y no ser mantuano, demostrando una firmeza de carácter y un espíritu hábil e irreverente que le llevo a dedicarse a alfabetizar a los más pobres.
Samuel Robinsón, como se hizo llamar durante su exilio de la América española, el gran maestro llegó a dar clases a los niños más pobres de Caracas a cuyos padres les cobrara un peso mensual, los que no pagaban. De igual manera, eran educados, su prestigio como educador le llevó a ser contratado para dictar clases particulares a algunos niños hijos de la oligarquía caraqueña, uno de esos niños sería, un rebelde jovencito que compartiría con su formador no sólo su nombre y la tragedia de ser huérfano de padre y madre, sino ideales de libertad, fue así como el Sócrates caraqueño formó al más grande corazón de América…
La influencia de Rodríguez en el pequeño Bolívar, quien se convertiría en el Libertador debe ser estudiada desde el análisis de lo que fue la vida de éste. Rodríguez fue siempre un revolucionario contumaz, que participó activamente en la conspiración de Gual y España, estos hechos lo obligaron a renunciar a su cargo de maestro y huir del territorio venezolano con 27años, iniciando un periplo que lo llevó a distantes latitudes, desde Jamaica donde trabajó como cartero al sufrir el rechazo de la sociedad. También en Estados Unidos, donde estudió el inglés por las noches aprendiéndolo de forma autodidacta, a su vez Francia. Por lo tanto, su método educativo va tomando forma definitiva fuertemente, influenciado por el Emilio de Jean Jacques Rousseau, ideando una revolucionaria concepción de lo que debía ser el modelo educativo de las naciones americanas.
Tras la ponencia de Aleyda Revilla, surgieron una serie de preguntas por parte del público, centrándose en el supuesto ateísmo de Rodríguez, y su controversial manera de dar clases de anatomía del desnudo. Al respecto la historiadora aclaró, que si bien no existen pruebas del ateísmo de Robinsón, éste manifestó gran irreverencia e insumisión hacia la iglesia. En cuanto a las clases de anatomía, su desnudez en las mismas respondía a un método de explicación gráfica de aseo personal para evitar enfermedades.
Martí y Robinson paralelos
Por su parte Rubén Cantillo, director ejecutivo de la Casa de Cultura Caribeña, habló sobre la visión Martíana en la enseñanza y la cultura, señalando que entre Martí y Rodríguez existen paralelismo, »pues ambos fueron adelantados en cuanto a los métodos pedagógicos utilizados en las épocas que les tocó vivir, igual de incomprendidos y perseguidos. Finalmente, ambos bolivarianos y libertarios, razón por la cual, ofrecer este homenaje en el recinto en que los dos dictaron cátedra es honrarlos al unísono».
Cantillo también comentó sobre la necesidad de analizar a estos personajes, partiendo de distintos ángulos para nutrirnos de su riqueza moral y espiritual; »Debemos ser cuidadosos en el uso de las fuentes pasivas de información, pues nos llevan a dar por hecho, lo que se nos dice sin profundizar en los hechos históricos», para evitarlo invitó a realizar lecturas críticas y comparativas.
En el encuentro se realizó la entrega de reconocimientos honoríficos, consistente en la condición de miembros honorarios de la Ruta Cultural Bolivariana y Martíana Latinoamericana a cuatro personalidades, siendo estos: Alejandrina Reyes, rectora de la Universidad Experimental Simón Rodríguez, Zaida Castro directora de la Casa de Nuestra América José Martí, el poeta Orlando, Materán y la profesora Carmen Silva, coordinadora general del núcleo Montalbán adscrito al Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, también el núcleo La Ceiba en San Agustín fue merecedor del reconocimiento.
De igual manera, se reconoció con este nombramiento al grupo Madera y a la poeta y pintora Judiht Villamediana, primera venezolana y latinoamericana postulada por la UNESCO al Premio Mundial de Pintura Leonardo Da vinci, máximo galardón con que se reconoce a los artistas plásticos. La cultora declamó poemas dedicados a la memoria y lucha de Robinsón, Martí, el maestro José Antonio Abreu y a Miguel de Cervantes Saavedra creador del Quijote, obra que arribó a los 400 años de publicada.
La jornada culminó con la actuación especial del ensamble Alma Llanera, del antes mencionado núcleo Montalbán, dirigido por el maestro Daniel Cádiz, profesor de la cátedra lenguaje musical y percusión, quienes deleitaron con la magistral ejecución de Moliendo café, El frutero y Dama antañona, entre otras piezas musicales para finalizar con Canción Venezuela para celebrar los 41 aniversarios del Sistema.
Simón Rodríguez, formador de lo grande, lo bello y lo hermoso en el corazón de Bolívar, murió alejado de su patria víctima del exilio a que le sometieron los enemigos de su pupilo. En Perú, sobrevivió sus últimos años vendiendo velas, mantuvo contacto con la heroína Manuela Sáenz, quien también se encontraba exiliada allí. La muerte lo sorprendió el 28 de febrero de 1854, en el caserío de Amatope a los 84 años de edad, sus restos fueron llevados al Panteón de Perú en 1925, y en 1954 fueron traídos al Panteón Nacional de Venezuela donde reposa cerca de su alumno predilecto.