La fotografía humanista de Teresa Carreño Noguera llegó a Biblioteca Nacional

6 agosto, 2018

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El lente de la artista busca lo humano más allá de las formas

Texto:Renny Marrero/ Foto:Ronald Montaño/Prensa IABNSB 03/08/018

 

Artistas y creadores de diversos ámbitos culturales siguen atendiendo el llamado de Biblioteca Nacional a participar de la gran campaña de donación de obras, en esta oportunidad fue la fotógrafa Teresa Carreño Noguera quien aceptó la invitación y con gustó donó una muestra del arte gráfico al que ha dedicado más de 30 años de ininterrumpida labor.

 

Con su habitual sonrisa y amabilidad esta asidua visitante de Biblioteca Nacional y del Archivo Audiovisual no dudó en presentar como obsequio y testimonio para las venideras generaciones parte de lo que su lente, siempre comprometido con la causa de los humildes ha captado alrededor del mundo. Lo hizo a través de una serie de fotografías en que muestra 5 de sus mejores proyectos y un libro de su autoría que a partir de ahora vienen a enriquecer la colección fotográfica del Archivo Audiovisual de Venezuela.

 

Me gustó la iniciativa de Biblioteca de abrir sus puertas a los creadores de todas las ramas artísticas con la finalidad de socializar y democratizar el saber, por ello me siento parte de un momento histórico, pues en este momento es importante donar ideas, imágenes, obras que sean inherentes a los procesos que estamos viviendo y la construcción de nuevos referentes culturales que puedan plasmar nuestra identidad y patrimonio histórico’’declaró al comentarnos los motivos que la llevaron a realizar la donación.

 

En la mira

Teresa Carreño Noguera se formó en Italia, específicamente en la Escuela Ricardo Bauer donde tuvo la oportunidad de fotografiar una erupción del volcán Etna, momento que fue decisivo para ella pues a partir de allí no dudó en que el arte de plasmar lo pasajero formaría parte ineludible de su vida.

 

Su vocación por la fotografía y por la justicia social son una misma cosa, por ello desde que se iniciara en estas labores a la edad de 23 años ha ejercido el foto-reportaje documental y periodístico comunicando a través de la imagen, para lo que considera no se puede estar de espaldas a la justicia ni a la historia.

Teresa3Es autora de 4 libro-albúms en que ha recopilado sus trabajos con el lente estos se titulan :

Tierra de Nadie (1994) documenta la primera fase de la guerra en Bosnia, Colores de madre (2002) en el que dirige una mirada a la diversidad cultural, Más allá de la familia (2010) dedicado a las relaciones humanas y por último Historia de Bryan (2003) que refleja la historia de un niño refugiado que vivía en la clandestinidad por las calles de Milán y que gracias a la solidaridad y el voluntariado pudo superar tan lamentable situación

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A la par de humilde y sensible es también crítica y directa, lamenta que no exista actualmente una fuerte industria que impulse la fotografía y las artes en general en el país, pues considera que el deber ser es que el artista viva de su arte, pero a la par celebra y reconoce loables esfuerzos como el de Biblioteca Nacional por preservar y difundir la obra de creadores contemporáneos así como los proyectos de difusión de fotografía local y comunitaria que impulsa el Centro Nacional de Fotografía CENAF pues considera que con ellos se documenta y realza la identidad cultural del país.

 

Para Teresa la obra de arte debe ir más allá del nombre, debe ser puesta al servicio de los intereses colectivos y del crecimiento espiritual y cultural; no ser vista como herramienta para que el artista obtenga reconocimiento, esta visión se refleja claramente en las fotografías que donó a Biblioteca Nacional, en ellas el sentido de compromiso social y humanista es el actante o protagonista pues muestra el trabajo de voluntariado en ayuda a las víctimas de conflictos bélicos (específicamente los de Bosnia-Herzegovina y Kosovo, durante el último lustro del siglo pasado, eventos que presenció con su lente) con estas buscó mostrar dos realidades: La guerra como escenario que se debe evitar a toda costa y la solidaridad, la cooperación y el voluntariado “Rasgos humanos que no debemos perder” asegura mientras nos detalla las situaciones en que captó varias de las imágenes.

 

El sentir humano rebosa en estas fotografías en que se pueden apreciar entre otras duras y conmovedoras imágenes niños que visitan tumbas de sus parientes, migrantes en pleno éxodo y la triste belleza del ocaso en calles arrasadas, estas son fruto del foto reportaje que Carreño levantara en los Balcanes (antigua Yugoslavia) entre 1994 y 1995 donde documentó parte de la terrible cotidianidad de las víctimas en zonas como Sarajevo antes, durante y después de aquellos terribles sucesos.

 

Al observar su fotografía asistimos a la construcción de un pensamiento, una idea en el que se desafía lo abstracto, ellas buscan sensibilizarnos y optar por un humanismo de unidad, de reconocimiento del otro con y por sus diferencias, en tal sentido la artista deplora lo que define como “Esa peligrosa la tendencia de los poderes a uniformar las culturas, las tendencias”, pues asegura que eso busca eliminar identidades y causar la perdida de la identidad de los pueblos.

 

Preguntarle sobre el significado social de su profesión es desatar en ella una apasionante y sentida respuesta, medita un segundo y luego dispara:“Según la fotógrafa Giséle Freund en su libro fotografía y sociedad ésta es un instrumento de transformación y evolución social, y sin duda tuvo razón pues hoy por hoy la fotografía es muy potente, puede ayudarnos a construir y edificar nuestro imaginario colectivo, nuestra historia independientemente de la posición social o el nombre, con una visión colectiva de la vida, pero también puede ser utilizada con fines menos nobles” reflexionó.

Teresa8No es más que un hasta luego…

Aunque Teresa Carreño Noguera se despidió formalmente del mundo de la fotografía el 14 de junio del año 2017 con su exhibición “Tierra de Nadie: Memorias de un genocidio”, inaugurada en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, nos confesó que no se trata de un adiós sino de un hasta luego a un hermoso ciclo de su vida, actualmente se dedica a la práctica de la agroecología, ella define su momento actual como un proceso de crecimiento y de experimentación de nuevos horizontes sin dejar por ello de amar el sonido del obturador por lo que dicta de vez en cuando talleres a quienes deseen iniciarse en ese apasionante oficio.

 

Carreño aconseja a los nuevos fotógrafos que ante todo traten de ir más allá de sí mismos, “pues la fotografía representa también lo que somos y que es una herramienta que sirve para conocer no solo lo externo o para interpretar el mundo sino para conocer nuestro propio ser”.

 

Para Biblioteca Nacional es un orgullo y un placer contar en sus colecciones con parte del testimonio gráfico y humanístico de esta comprometida fotógrafa, el material formará parte de la colección fotográfica del Archivo Audiovisual de Venezuela donde podrá ser estudiado y admirado por investigadores y público en general.

 

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