Ida Gramcko, la poeta que ensanchaba mundos, llegó a Libros Raros y Manuscritos

22 mayo, 2019

Con un  ameno ciclo de conversatorios se estudia el papel de la mujer en la literatura venezolana


Texto: Renny Marrero/  Foto: Referenciales/ Prensa IABNSB/ 17/05/019

Un íntimo encuentro dedicado al estudio de  la vida y obra de la versátil y controversial poeta y escritora Ida Gramcko se dio esta semana en la sala de usos múltiples Andrés Bello de Libros Raros y Manuscritos de Biblioteca Nacional.

‘‘No es fácil clasificar a  Gramcko, pues supo brillar con luz propia y hasta deslumbrar como ensayista, dramaturga, cuentista, periodista y narradora en una época de marcado machismo’’, sentenció la periodista Linda Arias, quien ofreció un detallado análisis sobre la trayectoria literaria y las vivencias de esta insigne mujer, a través  del conversatorio denominado ‘‘Gramcko: Cuando la versatilidad es mujer’’,  que forma parte de un ameno ciclo de encuentros dedicados al estudio del papel de la mujer en la literatura venezolana.

Ida Gramcko nace el 11 de octubre de 1924 en Puerto Cabello, estado Carabobo. Desde muy pequeña, se convierte en una voraz lectora, hábito que, según narran los cronistas, le es inculcado por sus padres. De allí que la pequeña Ida crezca rodeada de un ambiente de rica cultura universal, que también influye en la formación de su hermana menor, Elsa Gramcko, una destacada pintora y escultora seguidora del arte abstracto.  

Ida se traslada a Caracas siendo una señorita de 15 años. Para entonces, ya se había iniciado en el apasionante mundo de las letras, un campo que para la época era del pleno dominio de los hombres. Sin embargo, con determinación y aplomo, esta delgadita muchacha de ojos tristes se abre camino entre la élite literaria y en 1942 presenta su primer poemario, titulado "Umbral", que apenas un año después de su lanzamiento la hace acreedora del Premio de la Asociasión Cultural  Interamericana.

Como muestra del profundo sentir  de esta poeta, la ponente declamó fragmentos de ‘‘Cámara de Cristal’’, incluido en el poemario homónimo de 1943 y que reza:

Mi lágrima.
Y el mar.
Y alcoba pálida mi sollozo.
Mundo de celofán.
Pecera de hondo movimiento estelar.
Niebla de otoño.
Y algo más que naufraga en mi llanto misterioso.

‘‘Lo simbólico y místico también estuvo presente en la poética de Gramcko’’, recalcó Linda Arias, al tiempo que mostraba al público una imagen diseñada por la poeta que, bajo su insistencia, se imprimía en cada una de sus publicaciones. Un medio sol, que para Ida simbolizaba el ciclo de eterno regreso, era la figura estampada. Tanto sol como el agua son elementos estilísticos recurrentes a lo largo de sus versos. Lo vemos en el siguiente fragmento:  

Tu alcoba es una playa, lo sé porque una vez subí contigo a su ribera blanca
y vi resplandecer el sol marino sobre una sola barca
donde me diste a conocer el ritmo voluptuoso del agua

 

Entre otros aspectos de interés, de los muchos destacados por Arias sobre la poeta homenajeada, vale la pena mencionar que con solo 19 años Gramcko se inicia en el mundo periodístico, específicamente en El Nacional, profesión que ejerce durante las siguientes cinco décadas de su vida y que la lleva a conocer al también periodista José Domingo Benavides, quien más adelante se convierte en su esposo. Ida es considerada por algunos críticos como la primera reportera criolla en ejercer el periodismo policial y la crónica.

La vida de Gramcko, según siguió relatando Linda Arias, estuvo siempre vinculada al quehacer cultural y a diversas fuentes del  humanismo venezolano. En su juventud tuvo la inigualable oportunidad  de entrevistar  a  figuras como la escritora Antonia Palacios y el historiador Rufino Blanco Fombona. Y como si esto fuera poco, fue colaboradora habitual de la Revista Nacional de Cultura, desde 1947  hasta  1963.

 

Pero no solo la literatura contó con la entrega y dedicación  de Ida Gramcko; también se involucró en política. En 1948, el propio presidente Rómulo Gallegos la nombra agregada cultural en la Unión Soviética, con lo cual destaca como una de las primeras mujeres latinoamericanas en ejercer tan alto nivel diplomático; un hecho verdaderamente revolucionario para aquel entonces.  

En cuanto a la vida personal de la poetisa, Linda Arias aseguró que, aunque poco conocida, queda al descubierto en sus prosas y en sus versos. Un episodio de su intimidad, la fuerte crisis de nervios sufrida en 1959, se deja entrever en ‘‘Memorias de una psicótica’’ (1964), escrito después de un largo proceso de tratamiento médico.

‘‘La constancia y el tesón fueron otras dos características indelebles de Ida’’, apuntó Arias, luego de recordar que, con 40 años de edad, la poeta carabobeña egresó como Licenciada en Filosofía de la Universidad Central de Venezuela, donde ejercería la docencia en las cátedras de  Poesía y Poetas en la Escuela de Letras.  

‘‘Cabe destacar que la poesía de Ida Gramcko está llena de pasión, misticismo y el sentir propio de una mujer demasiado adelantada para su tiempo’’, señaló Arias, quien además precisó que la obra de  Gramcko no es ajena a Biblioteca Nacional, pues de ella se conservan papeles originales de su puño y letra, que forman parte de la colección Libros Raros y Manuscritos. También en el Archivo Audiovisual se conservan fotografías suyas, y en Hemeroteca, ediciones de prensa en las que se pueden leer cada una de las premiaciones que a lo largo de su vida fue recibiendo.

Ida Gramcko cambió de paisaje en Caracas el 2 de mayo de 1994, a los 70 años de edad. El repertorio literario que legó a la  posteridad es bastante extenso e incluye ensayos, cuentos, poesía, novelas y crónicas. A continuación mencionamos  algunos en orden cronológico:

Umbral (1942), Cámara de Cristal (1943), Contra el desnudo corazón del cielo (1944), María Lionza (1955), Juan sin miedo (Novela 1956), Teatro (1961), Poemas de una psicótica (1964), Lo máximo murmura (1965), Salto Ángel (1985), Historia y fabulación en Mi delirio sobre el Chimborazo (1987), Obras escogidas (1988) y Treno (1993).

Sin dudas, tal y como lo señaló Linda Arias, el legado literario de Ida Gramcko es ejemplo de la lucha de la mujer venezolana por hacerse sentir en cuanto ámbito decide involucrarse y es muestra de su valía. En tal sentido, vale tener presente las palabras del poeta Alfredo Silva Estrada en el prólogo  de su Obras escogidas:

‘‘Esta orfebre, esta artesano  exuberante, esta arquitecto del lenguaje, esta tejedora agilísima, trenza y destrenza, entreteje conceptos, pensamientos y sentencias, metáforas y símbolos, en fin, la poesía de Ida Gramcko irrumpe abruptamente  sobre la realidad, sacudiendo las apariencias y ensanchando  mundos’’.

 

 

 

 

 

 

 

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