Un samán vio nacer el genio intelectual de Andrés Bello
27 noviembre, 2020
El árbol, que se encuentra plantado en el Foro Libertador, tiene consigo una historia vinculada con el intelectual nacido hace 239 años. Mirla Alcibíades, investigadora, comparte aspectos que describen esta conexión
Texto y fotos: Prensa IABNSB
Se le considera hijo del Samán de Güere, cuya sombra cobijó una vez a Simón Bolívar. Pero la vinculación con el Libertador no termina ahí: Andrés Bello, su maestro, muchas veces se sentó a los pies del Samán de la Trinidad para formarse como intelectual y para contar con elementos creativos que lo ayudarían a desarrollar su talento literario.
Esa historia es contada por Mirla Alcibíades, investigadora, quien plantea en el conversatorio “El Samán de Bello”, disponible en el canal YouTube de la Biblioteca Nacional de Venezuela, los vínculos entre el intelectual caraqueño con el árbol, conocido también como el Güererito.
Alcibíades indica que, de acuerdo con una leyenda, el samán fue plantado en las riberas del río Catuche por un alarife, como se conocía a quienes hacían trabajos de albañilería en el siglo XVIII, que construyó la edificación que hoy ocupa el Panteón Nacional.
El samán también es conocido como el Árbol del Buen Pastor. Este último nombre nace de la historia de un leñador que pretendía talarlo, pero finalmente fue persuadido por el padre José Cecilio Ávila.
Dada su fama, Rafael María Baralt y Arístides Rojas escribieron cuentos en torno al árbol, que fueron publicados en una revista llamada “La Guirnalda”. Pero antes que ellos, Bello –nacido el 29 de noviembre de 1781- ya había escrito unos versos que, de acuerdo con Alcibíades, fueron escritos en medio de una coyuntura compleja para el intelectual, que esperaba desde 1812 ser llamado para retornar a Venezuela con la intención de contribuir con los planes para la consolidación de la independencia.
Dado que Bolívar, su alumno y con quien viajó a Londres, tenía el control político en aquel momento, Bello esperaba que lo contactara, pero eso no ocurrió por razones que, indicó Alcibíades, no han sido conocidas hasta el presente.
Así, al momento de escribir “América”, dedicó unas estrofas a Francisco de Miranda, encarcelado tras una acción del Libertador, y también le escribe a Bolívar, inspirado en el samán:
…pues como aquel samán que siglos cuenta,
de las vecinas gentes venerado,
que vio en torno a su basa corpulenta
el bosque muchas veces renovado,
y vasto espacio cubre con la hojosa
copa, de mil inviernos victoriosa;
así tu gloria al cielo se sublima,
Libertador del pueblo colombiano;
digna de que la lleven dulce rima
y culta historia al tiempo más lejano.
“Con la imagen del árbol, del samán de la Trinidad, atrapa las glorias de Bolívar, lo cobija con las hojas coposas de este árbol, y vivifica a Bolívar tal como lo vivifica el Samán de la Trinidad”, indicó.
Crédito: El Cojo Ilustrado
En 1851, se solicita que el árbol sea declarado patrimonio y uno de los argumentos es que justamente Bello se inspiró en aquel para escribirle al Libertador.
Además de esta historia, hay otra que vincula a Bello con el samán: sentado en sus raíces se dedicó a leer muchas veces mientras vivía en Caracas. “Bajo la sombra de este árbol, sin duda, pudo leer no solo los clásicos latinos, que leía en original, sino también a los clásicos españoles, a los clásicos griegos en traducción al castellano”, explicó Alcibíades, quien agregó que él también leía, gracias a su vínculo con una persona que tenía contactos en Curazao, libros que no entraban a Venezuela por restricciones de la corona española.
Alimentado con todo ese bagaje, Bello empezó a destacar en espacios de encuentro intelectual, como las tertulias de Luis Ustáriz. En ese tipo de encuentros, “un pobre podía coincidir con un rico, que era el caso de Bello”, para abrirle paso a este joven en el mundo intelectual de su tiempo, agregó Alcibíades.
Por ello, asociar al samán con Bello es una apuesta “totalmente legítima, porque es como si hubieran nacido juntos, crecido juntos y que en la vejez, o cuando menos la madurez, se hubieran sostenido en un fuerte abrazo de hermanos”.