Andrés Bello: Maestro de las letras americanas
29 noviembre, 2017
A 236 años del nacimiento del polímata de Caracas, su pensamiento cobra gran vigencia Texto:Renny Marrero/Foto:Adianez Gutierrez/Prensa IABNSB 29/11/2017
‘‘ Yo conozco la superioridad de este caraqueño contemporáneo mío: fue mi maestro cuando teníamos la misma edad, y yo le amaba con respeto’’
Carta de Bolívar refiriéndose a Bello.
Quito, abril de 1829
Tal día como hoy, 29 de noviembre pero de 1781 nació en Caracas un niño bautizado como Andrés de Jesús María y José Bello López; fue el primer hijo del matrimonio conformado por Don Bartolomé Bello y Doña Ana Antonia López. Ese niño, mejor conocido en el mundo de las letras americanas como Andrés Bello marcaría un hito en nuestra historia republicana, así como en la literatura de nuestro continente siendo partícipe de grandes acontecimientos y autor de monumentales obras, al cumplirse 236 años de su nacimiento el Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y de Servicios de Bibliotecas IABNSB se honra en enaltecer el pensamiento de este maestro de la libertad, recordemos un poco de su biografía ya que hoy en su honor celebramos el día del Escritor.
La capacidad intelectual del maestro Bello le ubicó desde temprana edad como un polímata, es decir un hombre que abarcó conocimientos de diversas áreas llevándole a destacar como filósofo, poeta, traductor, filólogo, ensayista, educador, político y diplomático, campos en los que su pensamiento crítico y su fervor de justicia le perfilaron como uno de los humanistas más importantes de América.
Desde su más tierna edad la lectura y la escritura fueron compañeras de vida de Bello, sus biógrafos señalan que dominaba el latín, lengua aprendida en el convento de las Mercedes, donde conoció a un cura de nombre Cristóbal de Quesada, que lo acercó a lo que serían sus lecturas primordiales: los denominados clásicos del siglo de Oro español, período de florecimiento del arte y la literatura española que influyó fuertemente a la intelectualidad de nuestras tierras y de cuya fuente bebió con avidez el joven caraqueño.
Tras la muerte del padre Quesada en 1796 su pupilo predilecto, Andrés Bello, un jovencito de apenas 15 años tradujo el libro V de la Eneida (en latín, Aeneis) epopeya latina escrita por Virgilio en el siglo I a. C. por encargo del emperador Augusto, con el fin de glorificar el imperio, pero esa sería apenas las primeras de las muchas proezas de este hombre de letras cuyas traducciones y adaptaciones de los clásicos griegos le hicieron acreedor de gran prestigio en los círculos intelectuales criollos.
A esa pasión de Bello por las lenguas extranjeras debemos las primeras y mejores traducciones al español de clásicos como Arte de escribir con propiedad del Abate Condillac (1824), Oración por todos de Víctor Hugo (1843) y Orlando Enamorado de Mateo Boyardo (1862) entre otras obras .
“Las ciencias y la literatura llevan en sí la recompensa de los trabajos y vigilias que se les consagran” con esta frase Bello respondía a quienes criticaban sus desvelos a la luz del quinqué o lámpara de aceite que en aquella época acompañaba las largas madrugadas de los ávidos lectores.
Tan grande era su ansia de conocimiento que la curiosidad le llevó a incursionar en el estudio de la medicina y el derecho, aunque no culminó los mismos. Cabe destacar que también se interesó por el francés y el inglés que aprendió de forma autodidacta. Entre 1797 y 1800 enseñó como pasante, convirtiéndose en uno de los maestros particulares del jovencito Simón Bolívar, menor que Bello por tan solo dos años de edad.
Para 1800 se gradúa de bachiller en Artes en la Real y Pontificia Universidad de Caracas, ese mismo año conoce a otros dos personajes de gran relevancia histórica: los naturalistas Alexander Von Humboldt y Aimé Bonpland, a quienes acompaña y posiblemente guía en la escalada y exploración del cerro Waraira Repano, conocido como cerro Ávila.
A partir de 1808 Bello ejerce la dirección de la Gazeta de Caracas, una de las primeras publicaciones oficiales de Venezuela y durante el convulsivo año de 1810 se dio a la tarea, en calidad de editor de recopilar información variada proveniente de todas las provincias que conformaban la Capitanía General de Venezuela, con la intención de crear un Manual para los Forasteros, para ello echa mano de la imprenta Gallagher y Lamb ubicada en Caracas, en la calle La catedral, debido a los sucesos del 19 de abril de 1810 se paralizó el proyecto de publicación siendo dos meses después, el 2 de junio de ese mismo año que se publica el Calendario Manual y Guía Universal de Forasteros en Venezuela para el año 1810 primer libro editado en Venezuela, atesorado hoy por IABNSB como una joya bibliográfica.
Revolucionario y pensador
»De la Patria es la luz que miramos, de la Patria la vida es un don. Verteremos por ella la sangre, por un bárbaro déspota no» estos versos, compuestos por Bello son una muestra del patriotismo que le guió en su accionar político desde que se involucrara en los hechos revolucionarios de aquel jueves 19 de abril 1810, que buscaban acabar con el dominio español sobre la Provincia de Venezuela y terminaron llevándole a su primera misión diplomática embarcándose en la corbeta Wellington, rumbo a Londres delegado por la Junta Suprema de Caracas acompañado de su ex alumno y ahora compañero de lucha Simón Bolívar y el político Luis López Méndez, esta acción les llevaría a conocer y buscar el apoyo para la causa independentista del General Francisco de Miranda.
Un hombre con dos patrias
Lamentablemente aquel viaje a Londres fue a la vez su primera y definitiva salida del suelo patrio, sus ojos no volverían a contemplar el samán de la Trinidad (ubicado en las que hoy son inmediaciones del Foro Libertador) bajo el que dictó cátedras al futuro Libertador y al que dedicara uno de sus más hermosas odas poéticas El Romance a un Samán, en el libro Andrés Bello: La historia de su gran ausencia y su gran amor de Pedro P. Barnola describe las vivencias del maestro en tierras londinenses donde vivió desde 1810 hasta 1829. y como su regreso al continente americano le llevó a radicarse en Chile, pueblo hermano que lo adoptó y lo convirtió en uno de sus referentes éticos y culturales, desde esta nación contribuyó de gran manera a la educación y al pensamiento filosófico latinoamericano.
Pero la vida de este pro hombre de letras no fue fácil, si bien es cierto que gozó de reconocimiento público desde temprana edad, también debemos recordar que padeció fuertes penurias económicas durante su temporada en Londres, llegó a Chile en 1829, junto a la que sería su segunda esposa Isabel Antonia Dunn, de ese segundo matrimonio celebrado en 1824 nacieron 12 hijos, de su anterior unión con Mary Ann Boylan con quien contrajo nupcias en 1814 habían nacido tres niños, la muerte quiso jugarle la mala jugada de arrebatarle a 9 de los 15 hijos que procreó en ambas relaciones, además en sus últimos años de vida padeció afecciones que le hicieron perder el uso de sus piernas y deterioro progresivo de su vista, elemento vital para un lector y escritor.
Ciertamente hombres ilustres forman Repúblicas y el maestro Bello contribuyó a la formación de dos de las naciones del sur, su terruño Venezuela y Chile su segunda patria, a la primera nunca la olvidó como lo evidencian estos fragmentos de la carta dirigida a su hermano Carlos en 1846, cuando contaba ya con 65 años: ‘‘En mi vejez Carlos mío repaso con un placer indecible todas las memorias de mi patria. Cuantas veces fijo la vista en el plano de Caracas que me remitiste…’’
A Chile, su segunda patria le dio el fruto de su saber y quehacer, en este país ocupó diversos cargos políticos y desarrolló también su obra jurídica, entre sus aportes en materia legal a esta nación se encuentran Principios de derecho de gentes en 1832, El Proyecto de Código Civil de Santiago de Chile en 1853, el Código de Comercio y el de mayor envergadura; Civil de la República de Chile en 1856.
Pedagogo y crítico por excelencia opinaba que ‘‘Un buen método de enseñanza no tanto se propone comunicar mucha ciencia al estudiante, cuanto dar a su entendimiento poderoso impulso y rumbo cierto’’ en 1843 fue nombrado Rector de la Universidad de Chile, cargo que mantuvo hasta el momento de su muerte pues fue reelecto en múltiples ocasiones.
Entre su extensa obra bibliográfica destacan títulos como Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos, Filosofía del entendimiento y otros escritos filosóficos, Silva a la agricultura de la zona tórrida», Alocución a la Poesía (1823), Historia de la literatura antigua, críticas a Homero, Ovidio y Horacio.
En cuanto a su crítica literaria se encuentran Opúsculos literarios y críticos, publicados en diversos periódicos desde el año 1834 hasta 1849 en Santiago de Chile, entre ellos El Araucano en el que colaboró como editor entre 1840 y 1860. En filosofía aportó estudios sobre lógica y Filosofía Moral (Psicología mental y ética) entre muchos otros reconocimientos fue nombrado miembro honorario de la Real Academia de la Lengua Española en 1851.
Ambas naciones le reconocen y le honran como pilar de su cultura, en 1927 Chile decretó la fecha de nacimiento de Bello como día del Libro y en Venezuela el 29 de noviembre de 1981 al cumplirse el bicentenario de su nacimiento se inauguró un cenotafio o monumento funerario simbólico en su honor en el Panteón Nacional.
Don Andrés Bello murió el 15 de octubre 1865 a las 7:45 de la mañana tras cuarenta y cinco días de agonía, su pensamiento cobra gran vigencia cuando se habla de las letras americanas de las que fue padre y celoso vigilante, a la sombra de su Samán las raíces de su obra siguen firmes en la lucha por la libertad.
Presente en Biblioteca Nacional
En el Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y de Servicios de Bibliotecas contamos con abundante bibliografía referente a este prolífico autor orgullo de nuestras letras, la sala Andrés Bello ubicada en el nivel AP2 del cuerpo de servicios no sólo lleva su nombre sino que resguarda un oleo de gran valor artístico e histórico, pues se trata de una obra de arte que forma parte del IABNSB por decreto de Joaquín Crespo del 1° de enero de 1893.
El lienzo fue donado por el viajero venezolano Francisco Michelena y Rojas a la Universidad de Caracas en 1851, de autor desconocido la pintura muestra a Don Andrés Bello como Rector de la Universidad de Chile ostentando la medalla de su rango académico y sosteniendo en su mano izquierda versos de su autoría dedicados a Caracas según reseña el historiador Pedro Grasses .
Aparte de las hasta ahora mencionadas, también es propicio resaltar estas obras de interés sobre la biografía y legado literario de Andrés Bello que el usuario puede consultar en nuestra colección bibliográfica general:
1.Calendario Manual y Guía Universal de Forasteros en Venezuela para el año 1810
Autor/ Editor : Andrés Bello Caracas, Venezuela 1810/ Colección Libros Raros y Manuscritos
2. Estudios sobre Andrés Bello / Edoardo Crema / Fundación La Casa de Bello 1986-1989/cota V868.209 B446ce.
3. Antología de discursos y escritos de Andrés Bello/ Editorial Nacional/ José Vila Selma/Cota V868.2 B446ad e.2
4. Andrés Bello, Colección Antología de clásicos venezolanos/ RJ ediciones/ Cota V868.2 B446ab
5. Obras Andrés Bello/ Oscar Sambrano Urdaneta/Colección Academia Venezolana de la Lengua/ Cota V686.2 B446
6. Andrés Bello, Bicentenario de su nacimiento /Alejandro Orfila / Cota V686.2 B446bi
7. Andrés Bello: La historia de su gran ausencia y su gran amor/ de Pedro P. Barnola V686.209 B446ba E.3