Fernando Paz Castillo, poeta de la vanguardia literaria en Venezuela

11 abril, 2021

La Biblioteca Nacional recuerda al co-fundador de la Revista Cultura y del Círculo de Bellas Artes, al cumplirse 128 años de su nacimiento

Texto: Jufany Toledo / Prensa IABNSB

Fernando Paz Castillo Aristiguieta, descendiente de una familia de dilatada historia en Venezuela, nació en Caracas el 11 de abril de 1893. Sus padres, el general Ignacio Paz Castillo y su madre Luisa Aristiguieta, quienes residían en una casona de Antímano, desde la cual se podía admirar el monte Ávila, cultivaron en él el amor por la naturaleza y el gusto por la lectura.

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Su padre le enseñó a recitar, cuando ni siquiera había aprendido a leer, y en la pequeña biblioteca familiar, poco a poco se fue encontrando con los grandes autores hispanoamericanos y los clásicos españoles, manteniendo como libro de cabecera “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”, que leyó y releyó más de una vez, y le acompañó a lo largo de su vida.
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Su primaria y secundaria la cursó en el colegio de los padres franceses, considerado para entonces el mejor de Caracas, donde a través del acceso a la biblioteca escolar, no sólo aprendió el francés sino que recibió gran influencia de los autores románticos. En 1910 inició estudios de Derecho en la Universidad Central de Venezuela, que dos años más tarde fue cerrada por el gobierno de manera indefinida, ocasión aprovechada por Paz Castillo para abandonar esos estudios, y emprender la búsqueda de su verdadera vocación.

Fue así como en 1912 fue co-fundador de la Revista Venezolana de Cultura y se integra al Círculo de Bellas Artes, una asociación libre de pintores y escritores de diferentes edades, fundada el 3 de septiembre de 1912, por jóvenes que prefirieron salir al aire libre, a mirar el paisaje, disfrutar la luz del sol y dejar atrás la iluminación artificial de las aulas de clase. Este grupo, de propósito renovador, fue la primera expresión de la vanguardia en Venezuela.

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A fin de atender una propuesta de trabajo, se trasladó a Los Teques en 1914, donde permaneció hasta 1918, cuando víctima de la fiebre tifoidea y una fuerte depresión, decide regresar a Caracas; por esos tiempos ya había producido sus primeros poemas, que quiso reunir en un poemario que iba a titularse “Canciones de un convaleciente”, que por fortuna nunca llegó a la imprenta, ya que no representaban su verdadera esencia.

Algunos de esos poemas fueron rescatados posteriormente, y se incluyeron en su primer libro “La voz de los cuatro vientos”, publicado en 1931 cuando el poeta contaba con 38 años de edad, otros fueron difundidos en diarios y revistas. Su tardanza en publicar, revela el nivel de exigencia y auto-crítica de Paz Castillo, quien aseguró en una ocasión: “Nuestra época fue exigente en materia de corrección. Teníamos un concepto estricto de la forma poética, de la unidad perfecta de la obra de arte. Y nunca descuidamos esa recia disciplina que nos habíamos impuesto…”

Su oficio de escritor estuvo siempre compartido con diversos trabajos como docente y cargos administrativos en entidades del Estado. Al morir el dictador Juan Vicente Gómez, obtuvo su primer nombramiento como diplomático, en enero de 1936, Cónsul General en Barcelona España, y un mes después, se casó con Nicomedes Monsalve Casado, a la que cariñosamente llamaba “Nico” y le dedicaría la mayoría de sus textos.

Su carrera diplomática lo llevó después a Francia, donde nació su primer hijo, Fernando Abel; luego Argentina, Brasil, Inglaterra, México, Bélgica donde nace su segunda hija, María África Inés. Siguieron Italia, Ecuador, Canadá, y nuevamente Ecuador donde permaneció los últimos 5 años de su carrera diplomática. El 15 de marzo de 1959 renunció a su cargo de embajador y regresó a Caracas, donde se residenció definitivamente luego de trabajar por 23 años en el servicio exterior.

Durante esos años siempre estuvo escribiendo, y mantuvo una fructífera producción poética, en la cual se reflejan los distintos momentos que le tocó vivir. El 28 de octubre de 1965 ingresó como Individuo de Número de la Academia Venezolana de la Lengua y en 1967 recibió el Premio Nacional de Literatura, por casi la totalidad de su obra. Poesía: La voz de los cuatro vientos (1931), Signo (1937), Entre sombras y luces (1945), Voces Perdidas (1966), El otro lado del tiempo (1971), Pautas (1973), Poesías escogidas 1920-1974 (1974), Persistencias (1975) y Encuentros (1980). Ensayos: Reflexiones de atardecer (tres volúmenes. 1964), De la época modernista, 1892-1910 (1968) y Entre pintores y escritores (1970).

Signo FPCReflexiones al atardecer FPCLa voz de los cuatro v FPC

Su obra lo convierte en un inmortal de las letras venezolanas, a las cuales dejó un extraordinario legado. El Catálogo Público en Línea de la Biblioteca Nacional, Sisbiv, arroja 72 entradas con su nombre, donde además de su propia bibliografía se encuentran diversos libros a los cuales prologó, compilaciones de poemas, discursos y grabaciones de sus poemas con música de Juan Bautista Plaza y otros virtuosos de la música.

Entre los textos que se encuentran en la colección Bibliográfica General de la Biblioteca Nacional, podemos mencionar: “Poesías Escogidas. 1920-1974”, en una edición realizada por Seguros Horizonte en 1974, con diseño gráfico e ilustraciones del pintor Mateo Manaure. Una breve selección de poemas publicados en una plaquette diagramada por John Lange, editada por Editorial Arte, que vio luz el 11 de abril de 1973, cuya portada es una serigrafía y posee una introducción a cargo de Alfredo Armas Alfonzo.

“Encuentros” editado por la editorial Equinoccio de la Universidad Simón Bolívar, con el prólogo “Por haber encontrado los encuentros de Fernando Paz Castillo” de Efraín Subero. “Poesía”, libro que recoge en estricto orden cronológico, toda la obra poética de Fernando Paz Castillo, editado por la Fundación Biblioteca Ayacucho, con una selección, cronología y prólogo a cargo de Oscar Sambrano Urdaneta, quien para entonces era el presidente encargado de la fundación.

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“Antología Poética” de Fernando Paz Castillo, reimpreso por Monte Ávila Editores en 1985, con prólogo de Eugenio Montejo e introducción poética de Enrique Planchart, y finaliza con un poema inédito titulado “Reconocimiento”, a través del cual le ofrece un homenaje a sus mejores compañeros de la juventud: Cervantes, Shakespeare, Rubén Darío y de manera muy especial al libro Don quijote.

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Además, las “Obras Completas” de don Andrés Bello, cuentan con un extraordinario prólogo de Paz Castillo, “Introducción a la poesía de Bello”, que puede descargarse desde la Biblioteca Digital de Venezuela César Rengifo. El poeta, crítico literario, diplomático y docente Fernando Paz Castillo Aristiguieta, falleció en su Caracas natal el 30 de julio de 1981.

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