Venezolanos celebran la beatificación del doctor José Gregorio Hernández
30 abril, 2021
Algunas de sus obras pueden consultarse en línea, a través de la Biblioteca Digital de Venezuela César Rengifo
Texto: Jufany Toledo / Imágenes: Archivo Prensa IABNSB
Este viernes 30 de abril, en el Colegio La Salle de Caracas, se llevará a cabo la merecida Beatificación del doctor José Gregorio Hernández; y los venezolanos estaremos unidos en oración, una vez más, para celebrar el milagro que por tantos años habíamos esperado, especialmente en estos momentos de pandemia, cuando todos invocamos la intercesión del llamado “Médico de los pobres”.
El doctor Hernández es venerado por la Iglesia Católica, y toda su feligresía, que desde 1949 estuvo solicitando su beatificación, dado que muchas personas devotas, en Venezuela y otros países de América Latina, han dado testimonio de haber obtenido milagros, a través de su intercesión, sobre todo en el campo de la salud; pero fue el milagro concedido a la niña Yaxuri Solórzano en el años 2017, el que fue científicamente documentado y aceptado por el Vaticano, que el 19 de junio de 2020 nos anunció la Beatificación del doctor José Gregorio Hernández.
El Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y de Servicios de Bibliotecas, unido al jubilo que embarga al pueblo de Venezuela y a todos sus devotos, pone a disposición en digital dos obras fundamentales, a través de las cuales el doctor José Gregorio Hernández contribuyó a la ciencia venezolana. Ellas son: “Elementos de la Filosofía” (1912) y “Elementos de Bacteriología” (1922) y La Gaceta Médica de Caracas, fechada el 15 de febrero de 1894, que era administrada por el doctor Hernández.
Igualmente se encuentran liberados y digitalizados, el texto “Elegía al Dr. José Gregorio Hernández”, escrito por el Dr. Santos Anibal Dominicci como un homenaje al “Venerable”, en el marco del vigésimo quinto aniversario de su muerte; “Nuestro tío José Gregorio: contribución al estudio de su vida y de su obra”, de Ernesto Hernández Briceño, primera edición en Caracas (1958); y “Dr. José Gregorio Hernández. Siervo de Dios. Víctima de un accidente de tránsito, folleto firmado por Monseñor José María Pibernat S.
También se encuentran algunos artículos publicados en “El Cojo Ilustrado”, todos estos materiales, que forman parte de las distintas colecciones de la Biblioteca Nacional, pueden descargarse libremente a través de la Biblioteca Digital de Venezuela “César Rengifo”, www.bnv.gob.ve/bibliotecadigital
José Gregorio Hernández Cisneros nació en Isnotú, estado Trujillo el 26 de octubre de 1864. Hijo de Benigno Hernández Manzaneda y Josefa Antonia Cisneros, quien falleció cuando éste apenas contaba con ocho años de edad. Siguiendo los consejos de su padre, a los 14 años viaja a Caracas donde culmina sus estudios de bachillerato en el Colegio Guillermo Tell Villegas.
En septiembre de 1882 ingresa a la Universidad Central de Venezuela donde se gradúa de Bachiller en Filosofía (1882), sigue el curso de medicina, obteniendo el grado de Bachiller en Ciencias Médicas y finalmente se gradúa de Doctor en Ciencias Médicas (1888), se distingue como médico, científico, investigador, y profesor de su Alma Mater.
Decide regresar a su pueblo para ejercer la medicina y poder ayudar a las familias humildes de Trujillo, Táchira y Mérida que acudían a consultarlo; pero en poco tiempo, (1889) dada su preparación y cualidades y gracias a la recomendación del doctor Calixto González, quien fuera su maestro, recibe una beca del gobierno para perfeccionarse en algunas materias experimentales, en París, Francia.
En la Facultad de Medicina de la Universidad de París, se especializa en Microbiología, Histología Normal, Patología, Bacteriología y Fisiología Experimental, recibiendo los elogios de los profesores que allí lo formaron. En 1891 regresa a Caracas, donde introduce el microscopio, el tensiómetro y otros instrumentos científicos, gracias a la dotación que le otorga el gobierno de Venezuela para que adquiriera en Francia un moderno laboratorio de microbiología, para ser instalado en el recién inaugurado Hospital “José María Vargas”.
El doctor Hernández inicia su labor docente en la Universidad Central de Venezuela en 1891, donde ejerce como profesor durante veintiocho años, allí fundó las cátedras de Histología, Embriología, Fisiología, Anatomía Patológica y Bacteriología e inició los estudios de parasitología.
Además de ser un gran médico y docente, José Gregorio hablaba varios idiomas, le gustaba pintar y tocaba el piano y el violín; fue Miembro fundador de la Academia Nacional de Medicina, donde le correspondió el sillón Número XXVIII. En el campo científico, publicó dieciséis trabajos a saber: su Tesis de grado de Bachiller en Ciencias Médicas, siete trabajos de Bacteriología y ocho estudios originales de investigación, dos de ellos en colaboración, la mayoría de los cuales fueron publicados en la Gaceta Médica de Caracas.
Además de sus publicaciones docentes y científicas, el doctor Hernández escribió cinco artículos literarios, de corte filosófico y religioso que fueron publicados en “El Cojo Ilustrado”, la revista de mayor circulación e importancia de la época. Cabe destacar que más allá de su vocación de médico, José Gregorio Hernández fue un gran Cristiano por convicción, al punto de que en varias ocasiones decidió abandonar la medicina para tomar los hábitos religiosos, pero su precaria salud se convirtió en un impedimento; además de las grandes controversias que su decisión generó a los más altos niveles civiles y eclesiásticos.
Sin embargo, hizo su profesión de fe en la Orden Franciscana Seglar de Venezuela, donde aprendió a vivir los carismas y la vida de desprendimiento de San Francisco de Asís, reconociendo a Cristo en cada pobre y sirviéndole, a través del cuidado y la amorosa atención a sus pacientes; razón por la cual, desde el mismo momento de su muerte, el pueblo venezolano le consideró un Santo.
José Gregorio Hernández falleció de forma trágica, en Caracas, el 29 de junio de 1919, al pegar la cabeza del borde de una acera después de ser atropellado por un automóvil, en la esquina de Amadores, en La Pastora. Sus restos reposan en el ahora Santuario La Candelaria, en el centro de Caracas.