Bibliotecólogos y archivólogos frente a nuevos retos

6 agosto, 2015

6 Agosto 2015

Al cumplirse un año más del día del bibliotecólogo y Archivólogo, creado mediante el Decreto N° 1564 del 22 de julio de 1982 y publicado en la Gaceta Oficial N° 32.522 del 23 de julio de ese mismo año; los profesionales de las ciencias de la información, los libros, las bibliotecas y la catalogación; tienen ante sí una serie de retos que los conllevan a repensar y a redireccionar el ejercicio de su profesión.

El primero de ellos son las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, TIC, que han propiciado la convergencia de profesionales de distintas ramas del conocimiento, con destrezas y habilidades para manejar programas informáticos que cambian con extrema rapidez; lo cual requiere mantenerse en un ambiente de continúo aprendizaje y actualización de conocimientos.

En segundo lugar, usuarias y usuarios más exigentes, que demandan mayores servicios de información; lo que les obliga a ser más creativos, estudiosos, con una amplia visión de mundo, a fin de insertarse en la sociedad del conocimiento y de la información, de una manera exitosa.

Finalmente, la necesidad de adecuar los distintos espacios bibliotecarios a las nuevas políticas de inclusión de la Revolución Bolivariana. La gestión de la Biblioteca Nacional de Venezuela y de su Red de Bibliotecas, debe estar enmarcada y orientada dentro de la Ley del Plan de la Patria. Esta Institución no puede estar desvinculada de las directrices emanadas por la Constitución y las Leyes de la República Bolivariana de Venezuela. Eso es lo que debe guiarlos.

Las bibliotecas siempre han sido consideradas como lugares prestigiosos, por los que la sociedad siente un gran respeto, pero cuya misión parecía reducirse a la preservación documental, ante lo cual el bibliotecólogo se presentaba como un custodio de la información, adiestrado para catalogarla y organizarla de manera eficiente. La realidad actual les exigió dejar atrás los viejos ficheros manuales y adecuarse a las nuevas TIC; utilizando la digitalización como medio eficaz de la preservación documental y la alimentación de una base de datos que permita contar con una biblioteca digital.

Por otra parte, la Biblioteca Nacional, a través de su programa nacional de bibliotecas públicas, ha desarrollado políticas dirigidas a que estas sean un centro comunal y de disfrute; pero también de formación, de discusión y de construcción de pensamiento crítico. Espacios donde se promueva la lectura, la escritura, los libros, la formación de lectores autónomos y de escritores productivos; espacios donde se trabaja en pro de las necesidades de sus usuarios, donde se les escucha.

Por siglos, bibliotecólogos y archivólogos se formaron para custodiar y preservar libros y documentos impresos, ahora no solo les toca resguardarlos digitalmente; sino que además deben hacer propuestas para hacer un uso eficiente de estos nuevos formatos. Los profesionales de las ciencias de la información, deben pues adelantarse a los avances y necesidades de las nuevas generaciones, las bibliotecas tienen que estar a la par de los nuevos tiempos.

Las bibliotecas deben modernizarse e ir en paralelo con el resto de la contemporaneidad. En esas dos lineas, la contemporaneidad y modernización de las bibliotecas; así como en la función social que deben cumplir y su incidencia en la dinámica de las comunidades, debe centrarse hoy el debate de las y los profesionales de las ciencias de la información.

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