Rómulo Gallegos y su Doña Barbara

25 agosto, 2016

25 Agosto 2016

Jufany Toledo/ Fotos: Ronald Montaño/ Prensa IABN

Sin lugar a dudas, Rómulo Gallegos fue uno de los escritores más relevantes del pasado Siglo XX en Venezuela. En 1958 ganó el Premio Nacional de Literatura, ese mismo año fue electo por unanimidad como Individuo de Número de la Academia Venezolana de la Lengua, y en 1960 estuvo nominado para el Premio Nobel de Literatura; pero sobre todo, fue un gran maestro que introdujo diversas reformas al sistema educativo en nuestro país, del cual fue electo presidente en diciembre de 1947. Lo demás es historia.

Sus primeros escritos se remontan a 1909, con obras de teatro, relatos y cuentos. En 1920 publica su primera novela “El último Solar”, que sería reeditada diez años después con el título de “Reinaldo Solar”, a la que siguieron “La Trepadora” (1925); “Doña Barbara” (1929), “Cantaclaro” (1934), “Canaima” (1935), “Pobre negro” (1937) y “Sobre la misma tierra” (1943); diez años después de su muerte, en 1973, se publicó “Tierra bajo los pies”, que comenzó a escribir en 1952.

El prestigio que como novelista obtuvo don Rómulo Gallegos le sigue acompañando hasta hoy; ya que sus novelas se continúan reeditando y publicando, muchas de ellas son de lectura obligatoria en los colegios y liceos de Venezuela. En este mes, los venezolanos celebramos su nacimiento, el 2 de agosto de 1884, y la publicación de una de sus más importantes obras, “Doña Barbara”, por la editorial española Araluce el 12 de agosto de 1929. Sin embargo, en la división de Libros Raros y Manuscritos del Instituto Autónomo Biblioteca Nacional, existe un ejemplar anterior, publicado el 15 de febrero de 1929, editado por la misma casa, del que nadie hace mención.

Su inicio nos transporta de inmediato a las llanuras de Apure: “Un bongo remonta el Arauca bordeando las barrancas de la margen derecha”; pero su final difiere de todas las demás ediciones que durante años se han venido publicando, y dice así: “¡Tierra ancha y tendida, toda horizontes, como la esperanza, toda caminos como la voluntad!”, esta edición también adolece de un glosario de términos, que inferimos fue reclamado de inmediato por los lectores extranjeros, ante tantos venezolanismos y palabras propias del llano venezolano, que incluso podrían resultar desconocidas para un caraqueño común. Su final pasó a ser luego: “¡Llanura venezolana! Propicia para el esfuerzo, como lo fue para la hazaña, tierra de horizontes abiertos, donde una raza buena, ama, sufre y espera!…”

En este breve espacio, he querido referirme de manera especial a “Doña Barbara”, por su trascendencia y por cumplirse 87 años de su publicación, quiero invitarlos a releer esta novela que no ha perdido la vigencia de su mensaje. Es una de las primeras novelas venezolanas que trascendió nuestras fronteras, con más de 40 ediciones ha sido traducida y publicada en español, inglés, francés, italiano, portugués, árabe, ruso, etc. En reconocimiento a quien tanto le dio a nuestro país, en 1965 se creó el prestigioso Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos y en 1975 se fundó el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos, CELARG, y varias avenidas y municipios del país llevan su nombre.

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