En la Biblioteca Nacional se le rindió homenaje a Luis “El Negro” Villafaña
21 diciembre, 2019
Al cumplirse 68 años del natalicio del “Negro Hereje”, familiares, amigos y compañeros del Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y de Servicios de Bibliotecas, se unieron para recordarlo y confirmar la vigencia de su legado
Texto y fotos: Jufany Toledo / Prensa IABNSB
Con motivo de cumplirse 68 años del nacimiento de Luis “El Negro” Villafaña, se reinstaló la placa original en la plaza que lleva su nombre, ubicada en la entrada del cuerpo administrativo de la Biblioteca Nacional; ocasión propicia para reunir a familiares, camaradas y amigos de este gran luchador social, político y antifascista.
En la actividad estuvieron presentes el director general del Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y de Servicios de Bibliotecas (IABNSB), Ignacio Barreto; sus hijas Indira e Inti Villafaña, sobrinos, sus camaradas Teresa Gómez “La guara”, Yaira Peralta, Celeste Medina y Yoleida Mendoza, jefa de la oficina de atención al ciudadano del (IABNSB) y gran amiga del Negro Villafaña.
Ignacio Barreto inició el homenaje, resaltando que no estaba allí como director general de la Biblioteca Nacional, sino como un buen amigo del “Negro Hereje”, como solía llamarle, quien hace 10 años atrás, confió en él y lo propuso para dirigir la máxima institución bibliotecaria, en lo que sería su primera gestión al frente de la BN.
Barreto recordó su espíritu indoblegable y diversas anécdotas, de quien fuera un trabajador bibliotecario muy apreciado por sus compañeros, miembro fundador del Sindicato de Trabajadores y del Frente de Trabajadores Revolucionarios de la BN, del Frente Antifascista de Venezuela, de la Fuerza Bolivariana de los Trabajadores de la Administración Pública y la Organización Revolucionaria Movimiento 13 de Abril, entre otros proyectos que abrigó.
Seguidamente, Indira, su hija, visiblemente emocionada agradeció el cariño con el cual se le recuerda y se mantiene vivo su legado en la Biblioteca Nacional, donde su padre le dejó tantos hermanos, y además, uno de los más connotados lugares de encuentro socio cultural lleva su nombre. “Hoy estamos celebrando su vida. El Negro era canto, baile y poesía. El negro es libre a través de estos espacios abiertos, que eran sus favoritos, y donde solía pasar muchas horas conversando con todos”, dijo.
“A mi papá no le gustaba celebrar su cumpleaños, tampoco era amigo de las formalidades ni de los protocolos, nunca le haremos un evento acartonado ni protocolar, él era amigo de la sencillez, por eso en su cumpleaños nos reunimos sus amigos, sin necesidad de convocatoria, simplemente vamos llegando y lo recordamos. En nombre de nuestra familia, ya que muchos no están aquí, les agradecemos su presencia y su cariño”. Finalizó Indira.
Lo dicho fue corroborado por su amiga Celeste Medina, quien atravesó el Foro Libertador para hacer una diligencia, y se encontró con sus camaradas y los familiares de quien considera su maestro. “Definitivamente fue “El Negro” quien nos convocó, yo aún no me puedo creer esta gran “casualidad”. Luis me regañaba mucho, me daba libros para que leyera y contribuyó con mi formación”.
Teresa Gómez “La Guara”, por su parte, lo recordó como un gran desobediente, “ladrón de libros”. “Fueron más de 30 años de amistad, nos conocimos desde que estudiamos en la UCV, luego estuvimos juntos en Cuba, ambos enfermos, pero sin dejar de hacer trabajo político, eramos unos váquiros, desordenados, compañeros de militancia política sin partido”, bromeó.
Luis Villafaña, “El Negro Hereje”
Hablar del “Negro Villafaña”, es recordar los imprescindibles a los que aludía Bertolt Bretch. Esos que luchan toda la vida. Un hombre de pensamiento profundo y reflexivo, con una conducta revolucionaria a toda prueba, que apostaba por un cambio real que comenzara por el hombre, seguro de que si el ser humano no se transformaba, sería muy difícil transformar un país. De allí su celebre frase “sólo el pueblo salva al pueblo”.
Luis Miguel Villafaña Freitez nació en Caracas el 21 de diciembre 1951, licenciado en Filosofía de la Universidad Central de Venezuela (UCV) 1987, su tesis de grado versó sobre la vigencia del pensamiento de José Carlos Mariátegui, tema en el cual se hizo especialista. En 1986 ingresó a la Biblioteca Nacional, llegando a ser miembro de su Directorio, en representación de los trabajadores entre 1993 y 1998. Publicó “Revolución en la revolución” (2004); “Mariátegui y la Revolución Bolivariana” (2005) y “Secuelas imperiales” (2007). Al momento de su partida, el 19 de febrero de 2009, se desempeñaba como director de la Oficina de Extensión Cultural de la Biblioteca Nacional.