El existencialismo se apellida Sartre

21 junio, 2017

Atras

Texto: Jufany Toledo / Fotos: José Chacón

“No perdamos nada de nuestro tiempo; quizá los hubo más bellos, pero este es el nuestro” Jean-Paul Sartre

Como un pensador altamente comprometido con las circunstancias y el tiempo que le tocó vivir, se puede definir a Jean Paul Sartre, uno de los más conocidos representantes del existencialismo. Literato y filósofo, heredero de la fenomenología de Husserl y del existencialismo de Heidegger, en la última etapa de su vida se encuentra con el marxismo y bajo esa filosofía orienta su acciones. Jean-Paul Charles Aymard Sartre, nació en París, Francia, el 21 de junio de 1905 en un medio intelectual y burgués que influyó decididamente en su educación, al tener la oportunidad de codearse con grandes intelectuales y pensadores de su tiempo, como Paul Nizan, Raymond Aron, Maurice Merleau-Ponty y Simone de Beauvoir, quien sería su compañera de vida.

Se formó en la École Normale Supérieure, y obtuvo el primer puesto de su promoción en la “agrégation” de filosofía, para dar clases de esa área en el bachillerato; sin embargo, continuó profundizando en los temas de filosofía, completando sus estudios sobre la fenomenología de Husserl. Su formación como docente le permitió desarrollar diversas actividades y escribir diversos géneros como novela, teatro, ensayo y crítica literaria; pero sin duda alguna, su obra y sus libros más reconocidos son los de filosofía, al punto que cuando en 1964 la Academia Sueca le otorgó el Nobel de Literatura, Sartre lo rechazó para no perder su identidad como filósofo, y porque además tenía la tendencia de negarse a aceptar todo tipo de reconocimientos ofrecidos por instituciones, ya que era un defensor de la libertad y en ese sentido afirmaba que “el ser humano está condenado a ser libre”.

Su pensamiento político y filosófico atravesó por varias etapas y circunstancias, en las que trató de fusionar el humanismo, el existencialismo y el marxismo; pero siempre al lado de las causas justas y en la lucha por la libertad. Su obra suele ser dividida en tres etapas: El período fenomenológico a partir de 1936, de acuerdo a la orientación de sus primeros escritos, como son: “La trascendencia del ego”, en la que se marca claramente la influencia de Husserl; “La imaginación” y “Lo imaginario”.

El periodo existencialista enmarca su obra filosófica producida a partir de 1952, en la cual destaca “El ser y la nada”. Ésta presenta la existencia como algo pesimista, carente de sentido  y absurdo, para Sartre el ser humano era “una pasión inútil”, sin ninguna esencia, pero igualmente negaba la existencia de Dios. Esto se consideraba existencialismo ateo declarado y consecuente. Sus posiciones polémicas lo llevaron a ser uno de los pensadores más comentado en los medios culturales de Europa, no sólo por su obra filosófica sino por su extraordinaria obra literaria entre las que destacan novelas como “El muro”, “La náusea” y obras de teatro “Las manos sucias”, “La puta respetuosa”.

Su tercera etapa es el periodo marxista, que lo acompañará hasta el fin de su vida, sin abandonar sus tesis o posturas existencialistas. A partir de los años 60, Sartre comienza a mostrar públicamente su simpatía hacía esta corriente, y su amistad con los países que lo detentaban como poder político, claro está, sin dejar de formular críticas a los regímenes totalitarios que chocaban con su concepción del ser humano como libertad. En esa época de su vida produce una de sus obras más importantes: “Crítica de la razón dialéctica”, calificada por muchos como su ruptura con el existencialismo.

Jean-Paul Sartre fue uno de los más importantes intelectuales de Francia en el Siglo XX, muchos de sus libros han sido traducidos a varios idiomas; y varios de ellos forman parte de la Colección Bibliográfica General del Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y de Servicios de Bibliotecas. Al consultar el Catálogo Público Automatizado SISBIV, se encuentran 38 resultados de las obras escritas por Sartre y de las que sobre él se han escrito.

Compartir