De la Sabana de Ñaraulí a la parroquia San José han pasado 129 años
17 octubre, 2018
Con un conversatorio y una muestra fotográfica, la Biblioteca Nacional conmemoró un año más de la popular parroquia caraqueña
Texto: Jufany Toledo / Fotos: Adianez Gutiérrez, Douglas Castillo / Prensa IABNSB
La parroquia San José de Caracas fue fundada el 16 de octubre de 1889 por decreto del presidente Juan Pablo Rojas Paúl, quien tomó la decisión debido que la población había aumentado considerablemente y su jurisdicción era demasiado extensa, lo cual impedía a los jefes civiles atenderla adecuadamente. Para entonces, era conocida como la Sabana de Ñaraulí.
Al cumplirse 129 años de su fundación, el Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y de Servicios de Bibliotecas, a través de la dirección de Extensión Cultural, ofreció un merecido homenaje a estos insignes pobladores, cuyo gentilicio es josefinas y josefinos.
A tal efecto, se llevó a cabo un conversatorio en la sede de los Servicios de Atención al Público, en su colección de Orientación y Referencia, a cargo de la psicóloga Danaeé Alvarado Cabrera; y se inauguró una muestra fotográfica en la sede Administrativa, en el espacio “Los poderes creadores del pueblo”, la cual contó con la presencia de Aníbal Istúrdes, presidente del Comité Cultural Conservacionista y Defensor de la parroquia San José, y otros afectos e investigadores de la zona.
Ambas actividades, complementadas con bibliografías relativas al tema, devinieron en un verdadero viaje en el tiempo por la Caracas de antaño, donde habitantes y conocedores del sector compartieron saberes, conocimientos y vivencias de una parroquia capitalina que lucha por mantener su cultura, tradiciones y el esplendor de otros tiempos.
San José, ubicada en la zona centro-norte de Caracas, posee una superficie de 2.59 kilómetros cuadrados y cuenta con una población de 40.000 habitantes, aproximadamente. Una línea imperceptible la separa de su vecina Altagracia, sede del Complejo Cultural Foro Libertador, por lo que de alguna forma, los trabajadores bibliotecarios nos sentimos parte de ella, y ellos sienten como propia a la Biblioteca Nacional.
Al respecto, el señor Istúrdes afirma: “Nosotros amamos profundamente a la Biblioteca Nacional. Entre ella y nosotros existe una estrecha relación de amistad, pertenencia, fraternidad y solidaridad. Siempre hemos contado con su apoyo. En esta institución trabajan muchos josefinos, y ellos respaldan el trabajo académico y estudiantil de las instituciones educativas de San José”.
Durante el recorrido por la muestra, en medio de anécdotas y recuerdos, Istúrdes fue describiendo cada una de las fotografías; y expresó su clamor para recuperar las fachadas y arquitectura de las casas y edificaciones emblemáticas de la parroquia, especialmente la de la iglesia, su torre, su reloj y su órgano.
La iglesia de San José cuenta con algunos objetos religiosos y colecciones de gran valor, que fueron declarados Monumento Histórico Nacional, de acuerdo con resolución emitida por la Junta Nacional Protectora y Conservadora del Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación.
Tal es el caso de uno de los seis órganos fabricados por el francés Arístide Cavaille-Coll en 1889 y que fueron traídos al país. El instrumento cuenta con tres teclados, dos de mano y uno de pie. También destaca el reloj ubicado en la torre oriental, de cuatro esferas de 180 cm cada una, fabricadas por James Condlift en 1811 en Inglaterra, y sus tres campanas, fabricadas en 1844 por C&G Meras-Founders de Londres.
En tanto, Danaeé Alvarado, apoyada en planos, mapas y fotografías de verdadero valor histórico, se encargó de ilustrar sobre los antecedentes y origen de San José, antigua Sabana de Ñaraulí, que debía su nombre a una planta, y cuyas esquinas, en su mayoría, fueron adjudicadas por el Santoral.
Con mucha frescura y naturalidad, Alvarado recreó buena parte de la historia caraqueña, donde sabanas, haciendas y potreros dieron paso a la civilización y construcción de importantes obras, muchas de las cuales se mantienen en pie hasta nuestros días. Se trató de una magnífica exposición, sustentada con bibliografías y fuentes fidedignas, que pueden ser consultadas en las colecciones de la Biblioteca Nacional.
Con la llegada del cemento, en 1883 se incrementó la construcción. En San José se cuenta con importantes edificaciones médicas y hospitalarias de la capital, como el Banco de Sangre, el Hospital Cardiológico José Gregorio Hernández, el Hospital Oftalmológico Dr. Francisco Rísquez, el oncológico Dr. Luis Razetti, antigua Escuela de Enfermeras, el emblemático Hospital Dr. José María Vargas y, al frente, la Escuela de Medicina, donde dieron clases los propios doctores Hernández y Razetti.
Igualmente, en esta parroquia existieron muchas casas de gran valor, algunas de ellas modificadas por un decreto de Antonio Guzmán Blanco, quien en 1875 ordenó quitar los aleros de las fachadas de las viviendas y sustituirlos por elementos prefabricados, a objeto de darle aires de modernidad a la ciudad, relató la investigadora; quien como dato curioso, agregó que, en 1915, se inició el final de las letrinas; y fue justo en el hospital Vargas donde se estrenaron los primeros baños americanos.
Otra hermosa edificación de San José es su jefatura, fundada en 1935 y ubicada al frente de la Iglesia; allí también están el Mercado de las flores, el parque para la vida “Andrés Galarraga”; la Escuela de Formación Artística Xiomara Vasconcellos; el popular barrio El Terraplen; el Castillo de Caraballo; la ceiba de San Luis y la ceiba de San Lorenzo, entre otros espacios significativos.
Esta hermosa parroquia, que a decir de Istúrdes es la mejor de Caracas, está llena de rostros de grandes caraqueños, que en su momento dieron lo mejor de sí para su conformación, entre ellos: Julieta de Blanco, Alfonso “Chico” Carrasquel, María Acevedo, Luz María Blanco, María de Istúrdez, Carmen Clemente Travieso y Pancho el Galipanero.
Y es que solo con grandes personas se construye una gran comunidad como esta, que ha luchado por preservar las costumbres y tradiciones que históricamente se han desarrollado en ella, como por ejemplo las de Semana Santa y Navidad; los juegos, la gastronomía y la arquitectura.
En San José, una de las 32 parroquias caraqueñas, aún quedan importantes testimonios y variados ejemplos de las formas de vida, tipologías arquitectónicas desplazadas o superadas, que conviven con representaciones de la modernidad, que ilustran las distintas etapas del desarrollo capitalino desde la época colonial, pasando por la recuperación de la ciudad a finales del siglo XIX, y la primera mitad del siglo XX, hasta la transformación urbana de la últimas décadas.