La impronta de Teresa Carreño sigue vigente en la música venezolana

22 diciembre, 2020

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Entre sus obras se encuentran Himno a Bolívar, Saludo a Caracas, El Vals de Teresita, Himno al Ilustre Americano, Danza venezolana, las cuales se encuentran en la Biblioteca Digital de Venezuela “César Rengifo”

Texto: Sathya Arteaga Ramírez / Foto: BDCR / Prensa IABNSB

Este 22 de diciembre se cumplen 167 años del nacimiento de una mujer que rompió esquemas para hacerse un lugar en la música: Teresa Carreño, una caraqueña que mostró desde temprana edad su vocación, convirtiéndose una de las pianistas, compositoras y cantantes más enaltecidas en América Latina en la segunda mitad del siglo XIX e inicios del XX. 

La vida de esta artista estuvo marcada por largos periodos en el extranjero. En 1862, cuando ella tenía 9 años, la familia Carreño García debe abandonar Venezuela por la situación política que se vivía, y se trasladó a Estados Unidos. Allí, Teresa comienza a dar pequeños conciertos privados a familiares y amigos, dándose a conocer sus progresos con el piano.

Gracias a ello, efectúa su primer recital como solista en la sala Irving Hall de Nueva York, siendo laureada por los asistentes. En esa oportunidad conoce al compositor italiano Gioachino Rossini y Charles Gounod. 

A los 13 años de edad tuvo la oportunidad de tocar con el pianista y compositor húngaro Franz Liszt, quien quedó asombrado por las habilidades de la joven. En el otoño de 1863, ella ofreció un concierto privado en la Casa Blanca, invitada por el entonces presidente estadounidense, Abraham Lincoln. Ante él tocó varias piezas compuestas por su maestro  Louis Moreau Gottschalk, músico preferido por Lincoln.

Centenario de la muerte de Teresa Carreño 

Carreño rompió esquemas en todos los ámbitos. Se casó cuatro veces: con Emile Sauret, en 1873; Giovanni Tagliapetra, en 1876; Eugene D’Albert, en 1892, y Arturo Tagliapetra, en 1901 (es hermano de su segundo esposo). Su vida amorosa la hizo ser víctima de grandes escándalos en la conservadora sociedad del siglo XIX. 

Luego de una ausencia de 25 años, Teresa Carreño regresa a Venezuela en 1885, invitada por el presidente Joaquín Crespo a dar un concierto en Caracas. Según datos históricos, durante el tercer periodo de Antonio Guzmán Blanco (1886-1888), Teresa Carreño fue encargada de organizar la temporada de ópera en la capital venezolana. Sin embargo, en el transcurso de esta actividad, se presentaron problemas con el elenco, por no cumplir con los requerimientos de la ocasión. Debido a este fracaso, la sociedad caraqueña adoptó una actitud de rechazo hacia la pianista. 

Teresa Carreño fue compositora de por lo menos 40 piezas para piano, 2 para voz y piano, 2 para coro y orquesta, y 2 de música de cámara. Entre sus partituras se encuentran Himno a Bolívar, Saludo a Caracas, El Vals de Teresita, Himno al Ilustre Americano, Danza venezolana, El Cuarteto para cuerdas en Si Bemol, entre otras, las cuales se encuentran disponibles en la Biblioteca Digital de Venezuela “César Rengifo”

Además, en esa plataforma digital se encuentran fotografías familiares, manuscritos, pertenecientes a la colección Teresa Carreño del Archivo Audiovisual de Venezuela, así como el libro “Obras de Teresa Carreño”, editado por el Ministerio de Educación en 1974,  en el cual se compilan todas sus composiciones en 206 páginas. 

Carreño fallece el 12 de junio de 1917, tras sufrir una parálisis parcial del nervio óptico en Nueva York, Estados Unidos. En 1938, sus restos fueron enviados a Venezuela y desde entonces reposan en el Panteón Nacional. En honor a su legado, en 1983, se inaugura el complejo cultural más importante del país, el Teatro Teresa Carreño, ubicada en Bellas Artes, Caracas. 

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