Miguel Ángel Asturias: Un hombre que escuchaba la voz del paisaje guatemalteco

31 octubre, 2017

50 años del Nobel y 117 del nacimiento de Asturias se celebraron en la Biblioteca Nacional

    

Texto: Jufany Toledo / Fotos: Yusneidy Yaguas / Prensa IABNSB

La sala Manuel Segundo Sánchez del Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y de Servicios de Bibliotecas, fue el lugar escogido por la embajada de Guatemala en Venezuela, para celebrar los 117 años del natalicio de Miguel Ángel Asturias en la Ciudad de Guatemala, el 19 de octubre de 1899 y 50 años de haber recibido el premio Nobel de Literatura, de manos del rey de Noruega, en Oslo, el 18 de octubre de 1967.

Sady Arturo Loaiza, director de la Biblioteca Nacional, en nombre de la ministra del Poder Popular para la Cultura, doctora Alejandrina Reyes, fue el encargado de recibir a los señores embajadores de Brasil, El Salvador, Guatemala y representantes de las legaciones de Colombia, Costa Rica, España, Nicaragua, República Dominicana, Rusia y demás personal del cuerpo diplomático acreditado en la República Bolivariana de Venezuela, trabajadoras y trabajadores de la institución, e invitados especiales.

Miguel Ángel Asturias, no es guatemalteco, es del mundo”, sentenció Loaiza, quien además es profesor de literatura y conocedor de la obra de este laureado escritor, a quien comparó con otros autores del Boom latinoamericano; y agradeció a la embajadora de Guatemala, señora Sandra Noriega de Kugler, la distinción de conmemorar tan importante fecha para el mundo de las letras americanas, en la Biblioteca Nacional de Venezuela.

En correspondencia, la embajadora expresó: “Me siento muy honrada de que estemos reunidos en este importante recinto, depositario del patrimonio documental y bibliográfico de Venezuela, en ocasión de conmemorar el 50° aniversario de la concesión del premio Nobel de Literatura al insigne poeta, narrador, periodista y diplomático Miguel Ángel Asturias, precursor del realismo mágico y de la cosmovisión Maya, a quien consideramos el máximo exponente de las letras guatemaltecas”.

La señora Sandra Noriega recordó parte de la biografía del escritor, quien un año antes de ganar el Nobel, había obtenido el premio Lenin de la Paz; y enfatizó que, Guatemala estaba presente en todo el mundo gracias a su obra, definida por la Academia Sueca de las Letras como de rico colorido, basada en la originalidad del pueblo y en las tradiciones indígenas.

Para los guatemaltecos, su talento radica en retratar a su gente, relatar su historia y expresar los sentimientos de nuestro país… Asturias fue un hombre que escuchaba la voz del paisaje brumoso de su querida Guatemala, de las pequeñas olas de sus misteriosos lagos, y de su gente milenaria que esconde antiguas verdades en sus bailes, detrás de sus máscaras y en sus costumbres”. Finalizó la embajadora.

Seguidamente el profesor Pablo Flores, director del programa nacional de Bibliotecas Públicas, ofreció una ponencia en la que dibujó la lectura y la escritura comprometida de Miguel Ángel Asturias, a quien calificó como un lector incansable y un estudiante modelo.

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Nuestra América en una pluma, nuestra América en una voz, allí están los indios, los negros, los volcanes, las selvas, los ríos, risas, lágrimas, sueños, besos, nubes, el color, el paisaje, todo y más nos muestra el guatemalteco nuestroamericano Miguel Ángel Asturias. Siempre que estuvo fuera de nuestro continente, en su ancha maleta nos llevó”.

Flores fue hilvanando diversos episodios y discursos de Asturias, describiendo a través de ellos la visión que el escritor tenía, acerca de las injusticias y opresiones que sufrieron muchos pueblos latinoamericanos, y lo difícil que nos ha sido vivir, siendo robados, colonizados y marginados por los imperios; pero con un corazón batallador e incansable.

Asturias veía a Guatemala como América, es por ello que “El Señor Presidente” no tiene nombre, a pesar de su exclusiva inspiración; ya que en otros pueblos del continente también se sufría los destrozos de las dictaduras, venenos de muerte, miedo y opresión”. Dijo Flores al referirse a una de sus obras más importantes, y por la que de seguro le concedieron el Nobel, junto con “Hombres de maíz”.

También la poesía de Asturias se hizo presente en las voces de Maryuri Goicochea y Génesis Vera, promotoras de lectura de la Biblioteca Nacional, quienes leyeron los poemas “Retrato de abuelos” y “Autoquiromancia”, respectivamente, ambos tomados del libro “Toro Tumbo”, editado por Plaza y Janés, y que forma parte de la colección Bibliográfica General de la BN.

Luego y como por asalto, José Gregorio Cabello, Ricardo González y Alvaro Tineo, realizaron una lectura dramatizada de un extracto de la tercera parte de “El Señor Presidente”, novela inspirada en la presidencia de Manuel Estrada Cabrera (1898-1920) que fuera publicada en México en 1946 y adaptada para la ocasión por Cabello, quien también es dramaturgo.

Para finalizar, el profesor Sady Arturo Loaiza realizó una presentación general de los servicios y colecciones que ofrece la Biblioteca Nacional y puso a disposición de los invitados los distintos espacios de la institución para realizar actividades de carácter académico y de promoción del libro y la lectura; mientras que la señora Noriega, le entregó una donación de libros de Miguel Ángel Asturias.

Los asistentes pudieron disfrutar de la exposición de dos trajes típicos de gran valor, bordados a mano por las indígenas guatemaltecas, y degustar unas ricas “Champurradas” (galletas con ajonjolí) y dos de las ocho variedades de café con las que cuenta Guatemala, uno de Oriente tierra caliente y el otro de Antigua tierra fría.

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